Por la boca… Pedro motos hace televisión

Los asesores de Sánchez, con Bolaños a la cabeza, preparan las memeces que tiene que decir Sánchez y recita aquello del gimnasio, dice que a Feijoo le tiemblan las piernas y afirma  que jamás, jamás, jamás de los jamases, se ha hecho una política social como la del actual Gobierno y eso tan cercano a la gente, de que la economía va como una moto.

Sánchez hace política y ahora hace televisión, con espejito. El espejito puede ser Bolaños o puede sujetarlo Bolaños mientras Sánchez se mira, le pregunta y se gusta. Como la madrastra de Blancanieves. La diferencia es que la madrastra era mala y lista y Sánchez solamente es malo.

Dice mi portero que le contaba su abuelo que en las reuniones de aquel tiempo y en las visitas que se hacían, los niños de la familia cantaban, tocaban el piano y hasta recitaban versos. A ver niño, decía la mamá, recita una memez para que te oigan estos señores y el niño recitaba,

Ahora los asesores de Sánchez, con Bolaños a la cabeza, preparan las memeces que tiene que decir Sánchez, espejito aparte, y recita aquello del gimnasio, dice que a Feijoo le tiemblan las piernas y afirma que jamás, jamás, jamás de los jamases, se ha hecho una política social como la del actual Gobierno y eso, tan cercano a la gente, de que la economía va como una moto.

Y como además, ahora, las memeces se han institucionalizado en el plató de Ferraz y Sánchez va de presentador y los ministros recitan lo que haga falta para que les oigan estos señores, que son extras pagados que aplauden y que ríen las gracias de Sánchez, lo del espejito se multiplica y Sánchez se gusta cada vez más, como los toreros que dicen eso de que han toreado para ellos olvidándose del público.

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Y es que Sánchez con lo de gustarse se olvida del público hasta el momento en que los espectadores tienen que pedir la oreja, o sea, votarle, y es cuando mira de reojo a la presidencia a ver si saca el pañuelo.

Y eso es lo que hay, en campaña, precampaña, postcampaña o anticampaña que ya no se sabe en qué momento está la refriega.

Y en el plató de Ferraz o en un estudio de radio, Sánchez hace de transformista y camufla las mentiras más burdas como cambios de posición política. Y convierte la vergüenza de la ley del sí en algo incómodo. Y “tocomocha” la coalición con los proetarras de Bildu, en mínimos apoyos puntuales. Y el espejito debería decirle a Sánchez que es un político deshonrado y que deshonra es sinónimo de infamia, baldón, bajeza, deshonor… y que su gestión es un puro fracaso y que la moto no tiene ni ruedas, ni frenos y que su persona merece el desdén y el desprecio, le tiemblen la piernas o no le tiemblen las piernas a Feijóo y Feijóo vaya o no vaya al gimnasio.

Presentarse en esas condiciones como candidato a la presidencia del Gobierno, tiene que ser duro y casi tan incómodo como la ley del sí.

Como decía Chesterton: Si no logras desarrollar toda tu inteligencia, siempre te queda la opción de hacerte político.

Bulos en campaña electoral: Según se rumorea –aunque no ha sido posible contrastarlo- Sánchez hace lo del plató de Ferraz para estar más tiempo maquillado. 

Pero quizás sea un bulo sin el menor fundamento.