Por la boca… Las taifas del PSOE

Tras la que se ha armado con el Partido Socialista de Cataluña –que sigue sin arreglarse- surge el problema del socialismo en Euskadi. Lo que puede ser un buen acuerdo con el PNV, para gobernar –y en teoría desplazar a los extremistas del separatismo- en coalición e incluso con tres consejerías queda, de momento, empañado por el nuevo desplante que ha sufrido la Gestora que, se quiera o no, es el máximo órgano del Partido hasta la convocatoria del congreso pendiente.

Idoia Mendia ha tirado por la calle de en medio y, sin comunicar nada a Ferraz, ha concluido un pacto con Urkullu.

Bien está –una vez más hay que exponer ciertas reticencias, si contemplamos la personalidad política de Mendia- si bien acaba, pero en el fuero interno del Partido Socialista no ha empezado nada bien. Sigue la batalla entre Pedro Sánchez y los suyos, contra los que le descabalgaron y una de las escaramuzas de esa batalla son los desprecios a quien tiene la responsabilidad de dirigir el Partido estatutariamente.

Lo sucedido en Cataluña y en Euskadi no es bueno para el socialismo y, en la situación actual, lo que no es bueno para el socialismo no es bueno para España. Hay acuerdo unánime en afirmar que España necesita una socialdemocracia fuerte, con espíritu de concordia y colaboración en la gobernabilidad, preparada para gobernar en su momento y alejada de toda aventura separatista.

Las anteriores experiencias de colaboración en Euskadi entre peneuvistas y socialistas resultaron positivas pero ni las personas ni la situación actual son las mismas.

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No va a pasar demasiado tiempo sin que surjan nuevas taifas en el Partido Socialista. Fernández se debería plantear o hacer valer su autoridad o acelerar la convocatoria del congreso.