Por la boca… Zapatero, ¿por qué no te callas?

Ya va siendo hora de que se analice en profundidad, la catástrofe que supuso para España el paso de Zapatero por la presidencia del Gobierno aunque en muchos ámbitos se piense que Sánchez le está haciendo bueno.

En las hemerotecas está la foto de cuando don Juan Carlos le dijo al dictador venezolano aquello de “por qué no te callas”. A la izquierda del Rey, un poco alejado, Chávez, y hacia su derecha asoma la cabeza de Zapatero -con esa cara de imitador de Mr. Bean que a veces se le ponía- en actitud de pedir calma. Como siempre, de mediador.

Ya va siendo hora de que se analice en profundidad, la catástrofe que supuso para España el paso de Zapatero por la presidencia del Gobierno, aunque en muchos ámbitos se piense que Sánchez le está haciendo bueno, porque su gestión ha sido más nefasta que la de cualquiera de los que han pasado por La Moncloa desde el inicio de la Transición y, además, ha dejado huella como lo demuestra el “constante retorno” de Sánchez a las fuentes de su antecesor.

Si su trayectoria como presidente requería el paso del tiempo para ser juzgada, sus actuaciones posteriores, tras su salida del Gobierno y aunque en ámbitos diferentes, pueden ser enjuiciadas sin más dilación.

Hay que saber marcharse aunque sea más difícil que saber llegar, y cuando uno se ha ido, hay que medir muy bien lo que se dice y lo que se hace y una vez medido y pensado, las más de las veces, lo mejor es callarse.

Desde Suárez a Rajoy, pasando por González o Aznar hay ejemplos de actuaciones y declaraciones más o menos afortunadas o más o menos oportunas, pero lo de Zapatero no es de recibo en ningún momento ni en ninguna de sus comparecencias públicas. Lo mismo da que sea en la presentación de un libro, en una entrevista en la que se aborden los asuntos de Cataluña o la trayectoria del PSOE, en sus “amores” por Maduro, en sus ínfulas como negociador de alto standing o en sus opiniones sobre Don Juan Carlos, Europa o los presidentes de los Estados Unidos.

En cualquiera de los casos se pone de manifiesto su dudoso conocimiento de la realidad y su escaso sentido de la oportunidad, sin entrar en lo descabellado de sus planteamientos y de su fracaso como arúspice del futuro.

De un tiempo a esta parte Zapatero hace incursiones cada vez más frecuentes y esperpénticas en los problemas -no de Cataluña- de los separatistas catalanes.

Ya dejó la impronta de sus delirios pro separatistas cuando era presidente y ahora, se descuelga como inflador del último globo sonda de Sánchez  en relación al indulto de Puigdemont, en el que ya “hay gente pensando” porque, según Zapatero, el prófugo “es un factor importante para el de diálogo” emprendido tras los indultos que, también en su opinión, “han operado bien”.

 

Todo mientras los separatistas/negociadores avivan el rescoldo de la figura del mediador, oficio tan querido por Zapatero y que hace sospechar unas inminentes apetencias de protagonismo cuasi mesiánico.

Y además, Cataluña, le pilla más cerca que Venezuela.

La carcajada: Iglesias en la “uni” de “oto”, hablando sobre la “repu”: “Auguro que hay dos elementos clave que definan el frente amplio que hay que construir: el feminismo y la república. La república ya no es cuestión memorialística, ya no es solo recordar las experiencias del S.XIX y XX, es la identidad política del futuro, una caja de herramientas para llenar de ideas”.

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