Por la boca…buenos, mejores y óptimas

Estaba el ex de Parla en plena batalla con José Blanco, contando aquello de que es el alcalde más votado de España, cuando el Secretario General de los socialistas le soltó un mandoble de los que hacen época. Un mandoble que, salvo que ocurra algo muy raro, le ha dejado fuera de juego para los restos. Es lo que tiene la democracia interna de los partidos que, como tantas otras cosas de nuestra vida política, hay que hablar de ella y cuanto más mejor, pero cuanto menos se lo crea uno, también mejor.

El caso es que Tomás Gómez estaba tan ilusionado. Nadie se creía que iba a ganarle el pulso a Blanco, pero él mantenía el tipo –aunque tampoco se lo creía- e incluso hablaba y retaba a unas primarias.

Pero el caso es que con viento de levante, o con aires de Rodiezmo, llega Rodríguez Zapatero, y sin primarias ni nada, va y nombra candidatos. Y los nombra con frases de las suyas y habla de buenos, buenísimos y hasta de mejores y se le calienta la boca, como en Rodiezmo y, en vez de prometer cosas a los mineros en presencia de Alfonso Guerra y del puño en alto de Leire Pajín –‘jamás quito ni pongo una coma a lo que dice el presidente’- se descuelga con Jaime Lissavetzky como candidato a suceder a Ruíz Gallardón y con Trinidad Jiménez, para cargarse a Esperanza Aguirre. O sea Ruíz Gallardón contra ‘la roja’ y Esperanza Aguirre contra la chupa de cuero negra.

Y es que por mucho que Rodríguez Zapatero quiera adornar –si es que llegan-a los futuros candidatos, es lo que hay. Porque Jiménez no puede presentar un balance mucho más positivo, desde que es ministra, que el que presentó en su anterior derrota. Una ministra de Sanidad dedicada a prohibirnos cosas –eso sí, siempre por nuestro bien- y a hacer un seguidismo casi servil de su compañera Aído y a asustarnos con el copago y con lo que cuesta que nos operen de apéndice. Ahora dicen que en La Paz han quitado a los enfermos la merienda, no sabemos si por ahorrar o por velar por su salud, que ya se sabe lo malas que son algunas galletas.

Y el secretario de estado del Deporte a las órdenes directas del presidente, que se reservó para sí la fantasmal cartera, con una gestión que poco tiene que ver –salvo en las fotos y en los viajes- con los triunfos de Nadal, de Alonso, de Contador o de nuestros futbolistas.

Vídeo del día

Al menos 16 muertos en el incendio de
un centro comercial en China

 

Claro que por no tener que ver, tampoco tiene nada que decir, al menos que se sepa, en el deporte escolar, universitario y de base.

Pero en frase feliz, no es que sean buenos es que son buenísimos; no es que sean buenísimos, es que son los mejores y, con ellos, a triunfar.

Y los socialistas madrileños, sean o no de Tomás Gómez, se quedan con dos palmos de narices. Eso sin contar con ‘el careto’ que se les va a quedar a los candidatos si es que las encuestas no se equivocan.

Dicen en Ferraz que ya saben que no van ganar pero que al menos quieren que el partido no se decida por goleada, la goleada que con Gómez –también lo dicen en Ferraz- era más que segura.