Si hay que ir, se va

Pero ir para “ná” es tontería. Es lo que dice el personaje de "Cruz y Raya" y parece que es lo que dijo Don Mariano Rajoy cuando el señor Rodríguez Zapatero le invitó a La Moncloa. Dice el señor Rajoy que ha ido a la cita por educación. Bien está, pero, una vez más, ha ido para nada. Eso sí, ha sido una entrevista "sosegada y agradable", pero, "no sé para qué he sido convocado". La trampa estaba servida y bien servida por el Presidente del Gobierno. Si el líder del Partido Popular no acude a la cita se le hubiera venido el mundo encima a la Oposición: falta de diálogo, nulo talante, ningún sentido de estado, etc, etc. Si va -como ha ido- quiera o no, ha servido de coartada para la política de un Gobierno errático que quiere cubrir sus vergüenzas a base de sonrisas y de aparentes manos tendidas. En cualquier caso una entrevista sin la menor importancia política y cuando en un país, se entrevistan el Presidente del Gobierno y el responsable del partido más importante de la Oposición y no pasa nada, es que algo no va bien. Ahora cada uno cargará las culpas de las no conclusiones en las espaldas ajenas. Son muchos los frentes abiertos por el PSOE desde que ganó las elecciones. Su táctica es el "aquí te pillo aquí te mato". Parches y rectificaciones sobre la marcha con la vista puesta no más allá de las narices del poder. Ahora, aunque no se hable de ello, tocan los presupuestos y lo que se intenta desde el Gobierno es conseguir las voluntades necesarias entre sus aliados parlamentarios y que el Partido Popular no incordie demasiado y siga "en sus batallas", como dicen algunos prebostes de Ferraz. Se trata del que el Gobierno se deje la menor cantidad de plumas y que se aprueben las cuentas de don Pedro Solbes con el mayor número de votos para que el señor Rubalcaba pueda decir aquello de que "el Partido Popular se ha quedado solo". Y a eso, nada más que a eso, ha ido don Mariano Rajoy a la entrevista de La Moncloa. Reforma de los estatutos de autonomía, educación, terrorismo y financiación de la sanidad, son los temas que iban en la carpeta de la Oposición y que también están en la del Gobierno, pero lo que no sabemos es si, una y otro, han abierto la carpeta al mismo tiempo o, tan siquiera, si la han abierto de la misma forma. Temas tan importantes como para que hubiera un pacto entre los dos primeros partidos de España, pero temas que están demasiado emponzoñados y, aunque sea una paradoja, demasiado politizados como para que se pueda llegar a un acuerdo. Tampoco hay que olvidar que sobre esa reunión ha revoloteado el fantasma de los nacionalismos que sustentan al Gobierno y que esos fantasmas se la aparecen al señor Rodríguez Zapatero con machacona insistencia. Don Mariano Rajoy no tenía más salida que asistir a la entrevista respondiendo a la cita del Presidente -esa era la trampa- pero era una cita abortada desde el principio. A nadie ha desilusionado el nulo resultado porque nadie -en su sano discernimiento- se había ilusionado. Así las cosas los resultados son los que todos esperaban y me atrevo a decir que han sido los que todos deseaban. Y eso es lo peor.

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