La mejor Liga del mundo

Tópicos aparte –y eso de ‘la mejor liga del mundo’ lo es- no parece que el fútbol español, al menos desde el punto de vista administrativo, lo esté pasando excesivamente bien.

La huelga de futbolistas, más o menos teledirigida; la dependencia de la televisión; las batallas entre los dos grandes clubes; la lucha de presupuestos; las declaraciones de algunos presidentes etc, etc, están dejando al descubierto las vergüenzas de nuestro fútbol, que son muchas.

En primer lugar, nótese, que en ninguna de las anteriores consideraciones aparecen los aficionados. Los sufridos ‘contribuyentes’ que pagan sus abonos con meses de anticipación y se quedan sin una jornada, no pueden hacer planes para sus fines de semana porque ignoran cuándo, e incluso dónde, se jugará el partido que tienen previamente pagado y, además, tampoco saben quiénes serán, o no serán, los protagonistas del choque.

Hoy por hoy el fútbol es un híbrido entre deporte y espectáculo televisivo y los híbridos siempre resultan mal.

Nadie sabe qué hace la Federación y menos, huelgas aparte, qué hace la Liga de Fútbol Profesional. Dos organismos que se reparten las parcelas deportiva y espectacular y uno de los cuales, el que sea, sobra.

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Por ejemplo. La huelga, plausible en cuanto a la defensa de unos derechos se refiere, ha desvirtuado la competición deportiva. Un equipo que había de jugar en una fecha determinada y en unas condiciones concretas –suyas y del contrario- jugará ese partido meses después cuando las circunstancias son radicalmente diferentes. Lesiones, forma física, meteorología, situación en la clasificación y muchas más, pueden distorsionar el resultado y perjudicar a terceros.

Por ejemplo. Equipos en suspensión de pagos hacen fichajes y gastan el dinero que supuestamente deben a sus propios jugadores.

Por ejemplo, las sociedades anónimas deportivas se prestan a toda serie de ‘ingenierías legales’ y pudiera ocurrir que una sola persona manejara varios equipos en la misma competición.

Por ejemplo. Los arbitrajes siguen y seguirán dando que hablar sin que ni la Federación ni la Liga pongan coto a los desmanes que se ponen de evidencia jornada tras jornada.

¿La mejor Liga del mundo? Rotundamente no. Nada más que dos equipos que están entre los tres o cuatro mejores del mundo y que son la base de una selección campeona de la que todos nos sentimos orgullosos.

Y poco más.