Del perdón a las explicaciones

Las ciencias adelantan que es una barbaridad y los políticos siempre están innovando. No hace demasiado, la moda era pedir perdón y exigir al adversario que pidiera perdón. Aún colean por ahí perdones pendientes. El señor fulanito dijo esto y esto y aún no ha pedido perdón a los españoles o a mi partido. El ministro tal hizo unas declaraciones inadmisibles y debe pedir perdón a los ciudadanos. Fue una época de humildades colectivas sólo interrumpidas por nuevos insultos o nuevas salidas de pata de banco.

Pero todos estaban obligados a pedir perdón. Incluso algunos se apresuraban a autodisculparse. Sí es verdad, me equivoqué. Lo hice mal pero ya he pedido perdón y aquí paz y después gloria.

Pero todo evoluciona y la democracia española está a la última y en continua renovación de formas y maneras. Ahora ya no se lleva el perdón, ahora lo que se lleva son las explicaciones y las aclaraciones. El ministro tal debe aclarar lo que ha dicho. El Gobierno tiene que dar explicaciones de su gestión en tal materia y la oposición debe explicar las acusaciones sin pruebas que está haciendo en esta situación concreta.

Sólo hay dos cosas que no han cambiado. La muletilla divertida, inútil y ridícula del ‘exigimos’ y que los españoles somos los únicos que no nos aclaramos con las explicaciones y a los que nadie da cuenta de nada.

Siempre hay un político que, con el ceño fruncido, exige que el adversario haga tal o cual cosa. Lo de la exigencia es una muestra de seriedad, e incluso de gravedad que nadie se cree.

Son pocos los ciudadanos que están en condiciones de decir qué ha pasado, que está pasando o qué va a pasar con asuntos como el de la presunta corrupción en el Partido Popular, en laberintos como el de las presuntas escuchas o incluso la cifra real de parados o los datos macroeconómicos.

¿Alguien está enterado del por qué el Tribunal Constitucional sigue en silencio respecto al Estatut de Cataluña?, ¿alguien vislumbra cuál es el fin y la eficacia de las continuas medidas económicas del Gobierno?, ¿alguien está en condiciones de afirmar que está enterado del qué, del por qué y del para qué de la TDT?

Certezas pocas, explicaciones escasas y hartazgo un montón.