Los recortes sociales

El problema no es –que lo es- el que según dice Mariano Rajoy –que lleva razón- Rodríguez Zapatero ha hecho el mayor recorte de derechos sociales que se recuerda en España y posiblemente en toda Europa.

El problema no es –que lo es- el asunto de las pensiones o de los parados sin subsidio o de los créditos que no llegan a las pequeñas empresas o el de los autónomos ahogados por los impagos de las administraciones públicas.

Todos esos y muchos más son problemas lo suficientemente graves como para que un gobernante se diera por vencido y dimitiera. Si además ese gobernante es socialista y dice cosas tales como aquello de que sus principios no le permiten… el problema, los problemas se convierten en crónicos y corren el peligro de hacerse endémicos.

El verdadero problema surge cuando en la página de al lado de la que refleja esos problemas ese mismo gobernante se niega a informar sobre el futuro que nos espera, es decir, cuando no sabemos muy bien, no lo que va a pasar que ya lo sabemos sino lo que va a seguir pasando en materia de recortes sociales.

Aun suponiendo, que es mucho suponer, que esos recortes siendo necesarios, sean el único camino para salir del atolladero, lo que no es tolerable es la falta de información y más que la falta de información la desfachatez, la mentira y el tomar a los gobernados como un conjunto de imbéciles –en el sentido más estricto del término- que además de tragar ruedas de molino, no merecen una información veraz, convincente ajustada a los tiempos, pronta y sin medias verdades.

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Y eso es lo que está haciendo un día sí y otro también el gobierno que preside José Luís Rodríguez Zapatero. Muchos llaman a eso improvisación. Puede ser que la haya, pero lo que es indudable es que hay mucho de desprecio a los gobernados, de falta de consideración con los ciudadanos y de estulticia política.

Y es que el lenguaje se está pervirtiendo: a las maniobras de distracción, que las hay, las llamamos o casualidades o acciones de gobierno cuando no son más que cortinas de humo. A las ausencias injustificadas, las llamamos compromisos internacionales, cuando lo que son en realidad son huidas para no ‘dar la cara’ y a los recortes sociales los llamamos imposiciones de Bruselas, cuando no son más que consecuencias de una pésima acción de gobierno.

El tiempo se nos ha ido y Rodríguez Zapatero hace como que no se da cuenta, mientras prolonga una agonía política que no es suya solamente.