El rompecabezas vasco

Lo que en la noche electoral parecía claro puede ser que sea, pero a estas alturas puede no ser. No se trata de un acertijo ni de un trabalenguas. Son cosas de la política o, por mejor decir, de los políticos.

Todo apunta a que gobernarán los socialistas de Patxi López con el apoyo de los populares de Basagoiti, y que tras muchos años serán los nacionalistas de Ibarretxe los que se queden en la oposición. Todo parecía fácil, pero mientras llega la constitución del parlamento de Vitoria y los elegidos se acreditan, el ambiente se enrarece.

No es sencillo un acuerdo entre PSOE y PP. No es demasiado fluida la relación entre Rajoy y Zapatero y, aunque todos lo nieguen, los jefes de los partidos en Madrid tienen mucho que decir. Mientras, todos hacen declaraciones y todos toman posiciones, y resulta que lo que dicen y hasta lo que hacen entorpece más que facilita la relación.

Patxi López da por sentado que ha ganado y que tiene que ser lehendakari. Lo que ocurre es que eso no es así. El que ha ganado ha sido Ibarretxe, aunque por higiene política y hasta mental todos piensen en el cambio y quieran que el PNV se quede en la oposición. Para eso no hay más fórmula que el acuerdo entre la izquierda y la derecha, y aquí vienen las dificultades.

Las metáforas erótico-festivas de Basagoiti no son demasiado afortunadas y contribuyen poco al consenso. ‘A lo mejor sólo nos quieren para la noche de bodas y no sé con quién nos pondrán los cuernos’. Decir eso no aparece un buen principio para un matrimonio, aunque ese matrimonio sea de conveniencia.

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Pero la verdad es que a lo mejor lleva razón y sólo los quieren para una ‘noche’, la noche en que Patxi López sea lehendakari, y después si te he visto no me acuerdo.

La frase tonta de las cosas que nos unen y las que nos separan, en este caso viene a cuento. Lo que ocurre es que son más las cosas que separan a PP y PSOE que lo que les une. Aparentemente sólo les une el deseo de desbancar a los nacionalistas y eso, que es mucho, puede llegar a ser poco.

Y que nadie olvide que los dos consortes ya pasaron una noche de bodas con los nacionalistas.