De tocahuevos y toca gatillos

Los buenos matadores de toros nunca se retiran y llevan su vejez con enorme dignidad y siempre son toreros. Algunos, menos afortunados- suelen retirarse y volver e incluso lo hacen varias veces y es muy difícil que los aficionados no piensen que es por dinero y que hay otros intereses por medio. Todos pensábamos que se había retirado de la política y que se iba a dedicar a la agricultura autóctona incluida la ganadería del RH negativo. Nos equivocábamos. Ha vuelto dónde solía y en una “irratia”, casi testimonial, ha llamado “tocahuevos” a Eduardo Fungairiño. Él -que ha sido siempre la mosca “testiculera” y que durante años se ha dedicado a incordiar sin haber pasado jamás por una urna que no fuera la interior de su partido- dice ahora que “si el Gobierno está iniciando un camino de entendimiento y arreglo con el mundo de ETA, tiene que sujetar a los fiscales, porque si, alguien ha sido tocahuevos, ese ha sido Fungairiño”. Ahí queda el consejo para quien quiera seguirlo. Arreglo y entendimiento con ETA y para eso hay que quitar de en medio a los fiscales “tocahuevos” que han cumplido con la Ley procesando terroristas. Alguien podría decir a esta mosca “testiculera” de la vida política en Euskadi, que siempre es mejor ser un “tocahuevos” que un “tocagatillos” o incluso que un “recogenueces”, sobre todo cuando esas nueces han caído a tiros. Porque el “tocahuevos” es molesto e incordión -igual que la mosca “testiculera”- pero no mata, ni secuestra, ni extorsiona, mientras que hay políticos retirados que quieren romper los huevos para hacer, no se sabe bien, qué tortilla. Y a esperar las próximas declaraciones del político pseudoretirado, que -ahora que Ibarretxe resucita el plan y Patxi López saca la cabeza para que no se piense que se deja colonizar por Madrid- seguro que estarán a la orden del día.

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