Meaculpismo socialista

Elena Valenciano, que afirmaba hace unos días que el Gobierno del PSOE había cometido algunos errores; y casi simultáneamente ZP reconocía que ahora sufriríamos menos si hubiese ahorrado más y se hubiese endeudado menos. ¡A buenas horas, mangas verdes!

Se trata de un plan orquestado: presentar la imagen de arrepentimiento, de humilde “meaculpismo”, buscando la indulgencia de los votantes perdidos, para evitar un mayor desgaste político. Como el balance de los años de ZP se puede calificar de irresponsable, parece que el marketing político aconseja agachar la cabeza y admitir obviedades. ¿Cuál es el origen de esta campaña de mero marketing? Parece claro: pese a que el PP disminuye en intención de voto un 5,5% en estos 5 meses y es un desgaste considerable, sin embargo el PSOE no recoge ese desgaste, está congelado.

La propia elección de Rubalcaba fue un síntoma claro de hibernación, para proteger lo que quedaba del naufragio del PSOE. No se querían riesgos de líderes nuevos, y Carme Chacón se llevó el disgusto. El tono agresivo de Elena Valenciano, hace unos meses, lo ha suavizado, porque ha caído en la cuenta de que sus propios votantes conocen el tamaño del desaguisado de ZP y la visceralidad no atrae.

El “meaculpismo” es peligroso, sobre todo cuando se ve que es un mero bálsamo de aceite para un PSOE que llevó a cabo una nefasta gestión de la crisis. Tendría cierto sentido si Rubalcaba no siguiera, pero es el guardián elegido para que no haya sangre entre los gestores del zapaterismo. El “meaculpismo” busca inspirar compasión, cuando la calle ruge por los excesos económicos e ideológicos de ZP. ¿Por la compasión recuperará el PSOE una parte de los votos? Los españoles estamos muy escaldados, escocidos, llenos de de cicatrices y lo estamos pasando mal: no basta el “meaculpismo”.

El lógico desgaste del PP, con una dura política de ajustes y reformas, con aciertos y errores, no debe extrañar. El Gobierno debe gestionar con eficacia, sin populismos ni demagogias, y eso escuece. Lo que más escuece en el PSOE es comprobar su duro presente: os españoles quieren que purgue mucho tiempo sus culpas.

 
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