Rajoy en TVE

La entrevista a Mariano Rajoy en TVE “a seis bandas” –presentadora y cinco periodistas- ha sido una iniciativa que los ciudadanos agradecemos, teniendo en cuenta los momentos que vivimos.

La socialista Elena Valenciano se apresuró a calificar la entrevista como vacía, sin nada interesante que destacar. Hay opiniones variopintas, pero me quedo con algunas claves de la entrevista, que sí me parecen relevantes. Tal vez la cifra de audiencia (3,2 millones) se acerca más a mi opinión sobre el interés de la entrevista que a la opinión de Valenciano.

Elena Valenciano vuelve a mostrar el desconcierto en las filas del PSOE. Dos veces aludió Rajoy al recorte que el socialista Hollande ha efectuado de 30.000 millones, cifra que “casualmente” coincide con el agujero económico oculto que el PSOE dejó en 2011: España no tuvo un déficit de 60.000 milllones, sino de 90.000 millones. Con ese dato, cualquier Gobierno ha de tomar nuevas decisiones no previstas.

Rajoy y su Gobierno han asumido que deben mejorar la comunicación, máxime en estos tiempos de crisis. Lo dijo en dos ocasiones. El formato a seis bandas, en el que se movió con soltura el presidente del Gobierno, es más plural y ameno que el de una única entrevistadora de la cadena. Pedir sacrificios y aunar esfuerzos requiere pulir al máximo la comunicación, para llegar a los ciudadanos y fomentar críticas razonadas y razonables, en definitiva diluir los “prejuicios ideológicos” a los que aludió Rajoy al final de la entrevista para valorar toda decisión de gobierno. A explicar, con ejemplos muy gráficos, que la reducción del déficit es prioritaria dedicó el eje de sus intervenciones. Este cambio en la política de comunicación de Rajoy es muy necesario.

Un frente de críticas a Rajoy procede de quienes le atribuyen indeterminación y pasividad. En esta entrevista, hasta en las formas, Rajoy se mostró más resuelto de lo habitual, hasta apasionado, mostrando convicción y seguridad en las medidas que está adoptando el Gobierno. Quería difuminar el fantasma de la desorientación, y en buena parte lo logró.

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Otro frente de críticas es que Rajoy gobierna a remolque de Bruselas. Rajoy quiso dejar claro que no es un títere, que tiene un plan claro, y sobre todo que no improvisa ni quiere improvisar, como es el caso de la petición o no de rescate. Escuchar de un presidente del Gobierno que escucha todas las opiniones, pero que su responsabilidad como gobernante le obliga a estudiar a fondo esa cuestión, genera algo de tranquilidad. Soy de los que piensan que España puede evitar todavía el rescate, pero no so pocos los que desean que Rajoy lo pida ya, para presentarle ante los ciudadanos como un “fracasado”, o porque ven que es una solución económicamente preferible a la actual.

Salieron a relucir medidas impopulares y no previstas en el programa del PP, como el aumento del IRPF y del IVA, las pensiones, el etarra Bolinaga, Cataluña… Un balance positivo de esta entrevista para la sociedad española, que es lo que importa. Esperemos a la semana próxima para valorar similar entrevista a Rubalcaba.