Secretos de Juan Roig

Juan Roig, el presidente de Mercadona, ha hecho Historia con mayúscula. Lo viene haciendo desde hace años, pero en 2011 todavía más. En un año con tanto deterioro laboral y económico en España, este valenciano ha logrado lo que puede calificarfse casi como “milagro valenciano”, ahora que algunos se empeñan en estigmatizar sistemáticamente todo lo valenciano, partiendo de algunos datos objetivos y manipulando o magnificando otros.

El valenciano Juan Roig ha presentado los resultados de Mercadona en 2011, y hay que reconocer que ha deslumbrado, tal vez por su estilo nada parecido a la grandilocuencia, las palabras vacías o de cara a la galería. Juan Roig habla con resultados y con realidades: en 2011 ha tenido más beneficio que nunca (474 millones), ha creado 6.500 puestos de trabajo (indefinidos, como es su estilo, es decir 20 puestos de trabajo al día) y ya tiene 70.000 trabajadores fijos en su plantilla.

Por mi trabajo en Valencia y Castellón al frente de 2 medios de comunicación en estas dos décadas, he seguido muy de cerca el trabajo de Juan Roig. Y cada vez más, porque su trayectoria tiene el mayor interés humano, laboral y económico en la dramática crisis económica que padecemos. Él está demostrando cuál es la salida del túnel, y por eso se merece toda la admiración y análisis por parte de los sectores empresariales y de cuantos seguimos la opinión pública.

Un análisis simple es que, pese a la crisis, la alimentación es imprescindible. No es respuesta: basta ver cómo han evolucionado otras empresas similares.

Tampoco sirve el tópico de la internacionalización, porque no se ha dejado obsesionar por salir al extranjero: España ha sido su mercado, y los españoles los protagonistas. Sí, un empresario valenciano y unos consumidores españoles tienen la clave, el secreto, y no hay que esconderlo. Y se permite ahora estudiar el crecimiento en Francia, Italia, Bélgica y Portugal.

Juan Roig se basa en que el cliente es el dueño, y hay que detectar sus necesidades continuamente. Ahí se inscribe su iniciativa “Estrategia Delantal”, que busca conectar con los clientes en los supermercados, escucharles. Tal vez es el secreto mayor: adaptarse continuamente a lo que necesitan los clientes, y a precios más bajos precisamente en una época de crisis económica. Así de sencillo: proximidad, necesidades reales, trabajar mejor y bajar precios. Nadie debe olvidar que, hace 4 años y viendo con pavor el “tsunami” de la crisis, Juan Roig logró en unas semanas bajar los precios de Mercadona en torno a un 10%.

A Juan Roig hay que escucharle y hay que aprender de él. No prodiga sus intervenciones públicas, y es un dato más en su haber: el protagonismo cercena el trabajo en equipo y la eficacia.

Desde hace años estoy en contacto permanente por mi trabajo con quienes llevan las tareas de marketing y comunicación en Mercadona. Plasman la filosofía de la empresa: profesionalidad, transparencia y facilitar la información a los medios, y sin aires prepotentes, porque en ese instante socavarían sus cimientos.

Mercadona no invierte en publicidad. Este criterio no es que sea precisamente del agrado de quienes trabajamos en los medios, pero también refleja una filosofía que está mostrándose muy exitosas: la mejor publicidad es el trabajo bien hecho, la calidad, y la publicidad del “boca a boca”. Otro filón para analizar con más detalle en otra ocasión, porque Mercadona ofrece muchos filones de interés para que se estudien.

 

Juan Roig, con su filosofía de Calidad Total, ha logrado objetivos que parecen incompatibles con excelentes resultados: prima la familia, la estabilidad laboral, los horarios razonables y el sueldo justo (que se basa también en primas por objetivos, 223 millones en 2011).

No ha resultado muy acertada su comparación con los bazares chinos, diciendo que hacen el esfuerzo que nosotros no hacemos, pero también hay que entender que en toda analogía o comparación hay que captar lo que se quiere destacar –el esfuerzo, en este caso- y no quedarse con lo incomparable –el abuso de las condiciones laborales de los chinos y su competencia desleal-, pero para esta disección hay que conocer a Mercadona y un poco también las simplificaciones de ciertos titulares en los medios de comunicación.

Roig habla continuamente de deberes, complemento necesario de los derechos, pero que nuestra cultura sigue empeñándose en esconder, y así nos va en lo económico y en lo moral. Y ha reconocido que el Gobierno está emprendiendo reformas en el camino adecuado, aunque él hubiera hecho más, y que debemos hacer los deberes para que 2013 sea mejor que 2012. Hay que hacerle mucho caso, el máximo: lo merece.

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