Las cuentas de Alfonso Guerra

Alfonso Guerra estuvo este lunes en Valencia, presentando su libro de memorias,  de más de 600 páginas. En una comunidad autónoma como la valenciana que "se huele" un cambio de ciclo político para las próximas elecciones autonómicas y municipales de 2015, se atrevió a afirmar que, en estos momentos, el PSOE está 4 puntos por encima del PP a nivel nacional, invocando los propios datos del CIS, e interpretándolos de un modo muy peculiar e interesado.

Guerra afirmó que, si se suman a los votos directos los votos del pasado y la simpatía de voto, resulta la estimación que él hace, de que los socialistas superan a los "populares".

Viniendo de quien viene esta estimación "ponderada", hay que ponerla en entredicho, y a la vez sopesarla, porque es un político muy experimentado a la vez que demagógico. Si a ello añadimos que tiene una dosis de ironía y buen humor, el resultado es que lo que vino a decir en el Club de Encuentro Manuel Broseta más bien se parece a sus deseos y con la intención de movilizar a los votantes socialistas, muy desalentados a nivel estatal y todavía más en la Comunidad Valenciana.

A la caída de intención de voto que todas las encuestas prevén para los socialistas y como un modo habilidoso de "disfrazar" el fracaso en las urnas, Guerra lanzó un mensaje de que todo es posible en un clima de más que probable "castigo" al PP, por el desgaste en las medidas para enderezar la crisis económica del país y por los casos de corrupción que han ido salpicando las filas "populares" en Madrid y Valencia.

Sin embargo, a más de año y medio de los comicios autonómicos y municipales, habrá que ver la corrupción dentro del PSOE cómo afecta a sus hipotéticos votantes, incluidos por supuesto los que en otras ocasiones les han votado, que Guerra da por supuesto que van a votar a los socialistas. ¿Puede pasar inadvertido el espectáculo de los ERE en Andalucía, como si fuera una minucia?

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Las palabras de Alfonso Guerra, pronunciadas en tierras valencianas, pretenden avivar a los socialistas, que en el fondo sólo tienen ocasión de gobernar con un tripartito, que plantea muchos problemas de "encaje". Si ya ahora Compromís y Esquerra Unida tienen serias desavenencias en cuestiones capitales con los socialistas, a más de un desencantado votante del PP se le pasa por la cabeza el interrogante de a quién votará en 2015.

Para colmo del "encaje de bolillos" que puede permitir gobernar a los socialistas, está la suma o no de UPyD, todavía más problemática, porque su ideología choca frontalmente en la de Esquerra Unida  y Compromís. Pero el ansia de poder puede con la ideología de los partidos; en cada votante, puede ser muy distinto.