La mediadora Susana Díaz
Susana Díaz, la presidenta de Andalucía, se está moviendo con habilidad, dentro y fuera de su partido. La más que probable sucesora de Rubalcaba en el PSOE está aprovechando las ocasiones para ganar peso político en todo el país, y de paso lograr que el foco de atención no sean las irregularidades de la Junta de Andalucía con UGT, cuestión que no es en absoluto irrelevante.
¿Cómo lograr que el debate político, dentro y fuera de Andalucía, se centre en otros problemas distintos a los graves que tiene en tierras andaluzas, léase corrupción y altísimo nivel de paro?
Con una jugada maestra de ajedrez, Susana Díaz ha visto su ocasión en el “problema catalán”, aprovechando también el dato demográfico de que cientos de miles de andaluces emigraron en estas décadas a tierras catalanas. Razones y toques emocionales ayudan a Díaz en esta tarea.
A la vista de que no hay diálogo entre Artur Mas y Mariano Rajoy, Susana Díaz se ha plantado en Barcelona para ofrecer a Mas su propuesta “desbloqueadora”, para que la cuestión catalana se resuelva, en bien de España, y por supuesto con una imagen beneficiosa para la andaluza.
La presidenta andaluza ha dicho que debe evitarse “el choque de trenes” entre Mas y Rajoy, de modo que se busque una salida airosa para los catalanes, y sobre todo para ella. Díaz se ha presentado como salvavidas, con una receta muy interesada: “si gobernase en España el PSOE, habría diálogo entre Cataluña y Madrid, lo cual no existe ahora”.
Cataluña tiene graves problemas económicos, y quiere que Rajoy le siga ayudando, y más. El manido “Madrid nos roba” no se lo cree ni Mas, pero es un arma arrojadiza para contentar a unos sectores de la sociedad catalana y para apuntarle a Rajoy qué es lo que quiere, que es más dinero – todavía más- que a otras territorios.
En el fondo, Susana Díaz es lo que ofrece cuando ha defiende que “café para todos” no es la fórmula de gobernar las autonomías, y que hay que hacer a medida de Cataluña una financiación que les contente.
Da igual que en Cataluña le hayan despedido a Susana Díaz con un “gracias por la buena voluntad, pero tu tercera vía no nos convence”. La presidenta andaluza ha sacado partido con ese viaje a tierras catalanas.
