Es que aquí hubo una huelga general

Hoy, hace siete días, hubo una huelga general en España... no sé si lo recuerdan. Fue convocada, de forma coordinada, por colectivos sindicales de una docena de países en la primera acción de estas características a nivel europeo. Siete días después, ¿qué balance podemos hacer?

Yo tengo una opinión formada: no ha servido para nada. Es más: nos la podíamos haber ahorrado.

No hablo de afinidades políticas, ni de sintonías ideológicas. Lo digo sinceramente. Basta echar un vistazo a nuestro alrededor para comprobar, sólo siete días después, el escasísimo eco que ha tenido. Esto demuestra que fue una iniciativa fallida y sin sentido.

Es importante recordarlo y tomar nota.

Aquel día hubo quien protestó, y con razón, por los seis millones de parados, por la precariedad laboral, por el impago de las deudas por parte del Estado (que provoca la quiebra de tantos), por los recortes en Dependencia, Educación, Sanidad, investigación, becas, solidaridad...

Pero eso es una cosa y otra la utilización política de ese descontento. Que nada tiene que ver con la lucha sindical.

No hay una mayoría silenciosa a favor de los ajustes. No. Nadie está a favor de que le suban los impuestos, el IVA y las tasas municipales. Nadie se alegra de que le bajen el sueldo, la pensión y le eliminen la extra de Navidad. Es de cajón.

Sin embargo, los ciudadanos parecen haberle dado a este Gobierno un crédito de dos años escasos para que intente algo distinto a lo que propuso Zapatero para salir de la crisis. De cómo gestione ese capital dependerá su futuro.

Mientras tanto, los sindicatos continúan ajenos a los problemas cotidianos de las personas. Los bancos de alimentos, los comedores sociales, las iniciativas de solidaridad en barrios y suburbios, el acompañamiento de ancianos... siguen en otras manos.

 

La historia está retratándonos a todos.

Más en twitter: @javierfumero

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