¡Que los políticos se bajen el sueldo!

He decidido escribir sobre esta delicada cuestión. Porque es la decimoquinta vez que alguien me pide en esta semana que lo haga. Lo que demuestra que existe un cierto clamor popular (al menos, en mi barrio) sobre este tema.

Los ciudadanos están muy quemados. No entienden que la clase política no se solidarice con el pueblo que les elige y que les paga el sueldo. Crece la sensación de que sólo el españolito de a pie está soportando el sacrificio que exige la salida de esta crisis financiera. Ni los ricos, ni los políticos están arrimando el hombro.

El caso de estos últimos es especialmente sangrante porque si estamos como estamos es por culpa, en buena parte, de las equivocadas decisiones adoptadas por los gestores de la cosa pública.

Por todo esto crece la convicción de que los diputados y senadores deberían bajarse el sueldo. Quizás de forma temporal. Quizás como un simple gesto. Como sea. Pero que den ejemplo.

Muchos comentaristas han citado el caso de Francia. Una de las primeras medidas anunciadas por el nuevo presidente de Francia ha sido una reducción de su sueldo. François Hollande y los miembros de su Gobierno aprobaron el pasado jueves una reducción del 30 por ciento en sus honorarios, en cumplimiento de una de las promesas que el político socialista lanzó durante la campaña electoral.

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Un gesto. También porque estamos en crisis, porque a mucha gente no le llega el dinero casi para comer, y otros ni siquiera tienen ya trabajo alguno, mientras que los políticos…

Dicho lo cual, manifiesto públicamente que yo tengo mis dudas sobre esta medida. Me explico.

En primer lugar, sobre el caso de Francia hay que decir que allí cobran bastante más que en España. El salario bruto de los 34 miembros del Ejecutivo galo pasará de 14.200 euros al mes a 9.940. El jefe de Gobierno, Jean-Marc Ayrault, y el propio Hollande verán reducidos sus emolumentos de 21.300 a 14.910 euros. Nada que ver con los salarios españoles.

Pero además, pienso que si queremos que nos gobiernen los mejores, que se dediquen a la política los más cualificados, el puesto de trabajo debe estar bien remunerado.

Porque romanticismos, los justos. A nadie se le puede exigir el heroísmo, el amor desinteresado al bien común, la entrega por el país a fondo perdido. El altruismo es digno de alabanza pero no se puede forzar. Por lo tanto, habrá que animar con un sueldo más que digno a quienes queremos que nos gobiernen.

Una cosa más, quizás de matiz. Si se paga bien al gestor se evitarán algunos casos de corrupción. La tentación de meter la mano en la caja será menores si uno se siente bien pagado.

En definitiva, creo que si el resultado de ese esfuerzo económico es que mejore la preparación de nuestros gobernantes, esos sueldos estarán bien empleados. ¿No les parece?

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