CNI: Centro Nacional de la Insidia

Un caluroso día de verano me decidí a leer ‘La Casa’, un libro de cabecera para todo aquel que quiera dedicarse o hablar de la inteligencia española con conocimiento de causa. En sus primeras páginas, Fernando Rueda, destaca una frase: “El fin justifica los medios”. Ese es el ABC de los servicios secretos.

Las aguas bajan turbias en el Centro Nacional de Inteligencia. En la Cuesta de las Perdices, lugar donde se ubica la fortaleza de ‘La Casa’, hay montado un lío monumental. Cada día nos levantamos con un nuevo escándalo y nadie sabe muy bien qué pinta a estas alturas Alberto Saiz dirigiendo una institución que debería caracterizarse por su introversión y nula notoriedad mediática.

El secretario de Estado director del CNI podía haber pasado a la historia como uno de los mejores en su puesto. Pero no va a ser así. Parece ser que alguien de ‘La Casa’ busca venganza y quiere apartarle de un sillón trascendental para la seguridad del Estado.

En apenas diez días, Saiz ha visto como los elogios se convertían en críticas. La confianza de Chacón, de quien depende el CNI, no existe. Si no la ministra no habría abierto una investigación interna, y privada, para comprobar si son ciertas o no las acusaciones que pesan sobre él.

Gastos, contrataciones, facturas, polígrafos, Cuba, Marruecos, dimisiones de la cúpula antiterrorista en bloque… Son excesivos galimatías en muy poco tiempo. Y eso no debe permitirse en el CNI.

Volviendo a ‘La Casa’, recomiendo a Zapatero y Chacón que lean el libro. Y así aprendan que el fin (una inteligencia española a la altura de una superpotencia planetaria, que diría Leire Pajín) debe justificar los medios (Alberto Saiz no puede continuar siendo director del CNI).

Es una cuestión patriótica y fundamental para el correcto funcionamiento de una de las instituciones más importantes del país. El glamour, halo de misterio y mitificación a la que se ha visto sometida la casa desde tiempos de Manglano está viniéndose abajo. Y eso es nefasto para la seguridad del país.

Visto que Saiz está abrasado, Zapatero y Chacón deberían buscarle ya un sustituto. Y, a ser probable, que no sea agrónomo, sino un profesional de la Inteligencia. Sería de agradecer y evitaríamos muchos problemas.