Crisis de Gobierno, sí o sí

Zapatero debe acometer una crisis de Gobierno. Es urgente. No puede irse de vacaciones sin remodelar su gabinete. Es algo que piden los mercados y Europa. También lo ha dicho Felipe González: gobernar es tomar decisiones importantes y un cambio de ministros es una necesidad perentoria a día de hoy.

El Gobierno, con la composición actual, ha cumplido un ciclo y parece estar en condiciones de recuperar la iniciativa. Propongo a continuación mi quiniela de cara a la remodelación presidencial:

-- Quienes deben salir

Elena Salgado. Es un cadáver político. A la ministra de economía le ha tocado bailar con la más fea. Y se ha visto obligada a tener que liderar las cuentas en el peor momento posible: en una crisis que no conoce precedentes y sin perspectivas de futuro. La orensana no lo está pasando bien.

Es una de las mentes más brillantes del Gobierno y ha tenido que dar la cara por España en momentos decisivos. En eso sí ha cumplido. Fue fichada como vicepresidenta por ser una ministra cumplidora: “desde que obtuve la confianza en el Parlamento y en todos los Gobiernos y en todas las tareas he visto una extraordinaria eficacia en gestión”, Zapatero dixit. Ahora que su proyecto está acabado, es el momento de apartarse y dejar paso a un cerebro aún más brillante con las cuentes. Alguien que lidere y, si hace falta, imponga.

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Celestino Corbacho. Está de salida. Trabajo está dilapidando su imagen a pesar de que los datos del paro empiezan a ser positivos. Pero los más de cuatro millones de desempleados pesan.

Manuel Chaves. Nunca una vicepresidencia fue tan innecesaria como ahora. El presidente del PSOE es el nexo de unión con las autoridades regionales y locales, pero su trabajo, ahora que se ha congelado la financiación local, puede ser asumido aunque sólo sea temporalmente por otros departamentos.

Bibiana Aído. El ministerio de Igualdad no fue una mala idea. Ni mucho menos. La violencia de género es una lacra en aumento en este país y la misión para la que fue creado no era ni mucho menos descabellada. Pero en medio de esta crisis impredecible, la suya es una cartera que debería reservarse para otros tiempos.

Beatriz Corredor. Más de lo mismo en Vivienda. El sector inmobiliario está pagando las consecuencias de empresarios que han vivido por encima de sus posibilidades. La compra-venta de pisos, lejos de mejorar sus resultados, se ha estancado y son pocos los que se arriesgan. Y nadie sabe qué fue de aquellas mini-viviendas de 30 metros cuadrados. El sector se recuperará, pero ella no. Su futuro no está muy claro.

-- Aprobado raspado

Miguel Sebastián. El consejero personal de Zapatero suena dar el salto hacia arriba. En Industria está cumpliendo sus deberes, pero su nombre suena para ocupar cuotas de poder más altas. ¿Ministerio de Economía? Quién sabe.

Cristina Garmendia. Como independiente y sin carné de partido, su labor al frente de Ciencia e Innovación es meritoria. Muchos creen que este es el ministerio del futuro: con una economía tan competitiva, la calidad y la excelencia será lo que diferencie a unos países de otros. Aún le queda mucho trabajo por hacer.

Trinidad Jiménez. Es otra de las personas de confianza de Zapatero. Ha recibido varios varapalos, como la derrota electoral en las municipales de 2003 en Madrid, donde su primo Gallardón consiguió la victoria por mayoría. El presidente valora esto. La malagueña está llamada a permanecer en el Gobierno

Elena Espinosa. Me llama la atención que la titular de Medio Ambiente pase horas y horas en el Congreso trabajando en su escaño. Merece una oportunidad.

Miguel Ángel Moratinos. Su nombre suena para marcharse a Rabat. Tiene defensores y detractores a partes iguales. Lo cierto es que su gestión no es más criticada que venerada.

Ángeles Gónzalez-Sinde. Ministra que cumple con sus compromisos, pero que no pasará a la historia precisamente por su trabajo en Cultura.

-- Con futuro

Quienes sí cuentan con futuro por su proximidad a Zapatero son María Teresa Fernández de la Vega, Carme Chacón, Alfredo Pérez Rubalcaba y, por supuesto, José Blanco. Forman el núcleo duro del Gobierno. En esta lista también podrían incluirse a Ángel Gabilondo y Francisco Caamaño. Su nómina de haberes supera a la de deberes.

La gran pregunta ahora es saber qué va a hacer el jefe. Debe quedarse y completar la legislatura, hasta que el Parlamento se lo permita, claro. No es momento de marcharse. Felipe González dice que “se le nota la crisis”. Yo le diría al ex presidente que la crisis la notamos nosotros más que Zapatero.