Derrota de Zapatero, victoria de Rajoy

Tras las elecciones vascas y gallegas del pasado domingo, y enclave de política nacional, se puede afirmar que ha salido mucho mejor parado el líder de la oposición y Presidente del PP que el Presidente del Gobierno y secretario general del PSOE. Vayamos por partes.

En el caso de Galicia, la clara mayoría absoluta del PP, sacando 15 escaños de diferencia al PSG y recuperando de esa forma el Gobierno de dicha Comunidad Autónoma ha supuesto un triunfo político de Mariano Rajoy que estaba muy necesitado de esa victoria, en unos momentos en que su liderazgo estaba siendo muy cuestionado tanto dentro como fuera de su partido y después de un mes auténticamente “horríbilis” para su formación política debido a las noticias relacionadas con los casos de espionaje en la Comunidad de Madrid y a la supuesta trama de corrupción en la que podrían estar implicados algunos miembros de su partido. A Rajoy, la victoria en su tierra natal es como un balón de oxígeno que le permitirá respirar tranquilo en los próximos meses.

Por el contrario, Zapatero ha cosechado en Galicia su primera derrota electoral tras las elecciones generales que ganó ahora hace un año. Hace muy pocas semanas, seguro que no contaba con este adverso resultado, pero a medida que se acercaba la campaña electoral y, sobre todo, viendo como ha transcurrido esta, se encendieron tomas las luces rojas en el PSOE ante la posibilidad de que sucediera lo que las urnas han sentenciado. Que se vaya preparando Touriño, porque más de uno en la dirección del PSOE le pasará factura por esta derrota y, sobre todo, por no haber atendido las recomendaciones que se le hicieron desde Ferraz de que adelantara al pasado otoño la celebración de las elecciones.

En cuanto al País Vasco, el indudable buen resultado, magnífico se podría decir, que ha tenido al PSE le va a complicar mucho la vida a Zapatero. Con los resultados en la mano, Patxi López tiene dos alternativas: o intenta hacer un gobierno con el PNV o lo hace con el PP y si fuera necesario, sumando el escaño conseguido por UPyD en Alava.

Zapatero sin duda que prefiere un gobierno con el PNV. Eso encaja mejor con lo que ha venido haciendo desde que llegó a la Moncloa: pactar con los nacionalistas allá donde ha podido: en Cataluña con ERC o en Galicia con el Bloque. Pero hay una “pequeña” dificultad para ese gobierno con el PNV que no es otra que este partido ha ganado las elecciones sacando seis escaños y 80.000 votos mas que el PSE. Con esos resultados, ¿va a renunciar el partido presidido por Urkullu a la Lehendakaritza? Partiendo de la base que Patxi López ha dicho por activa y por pasiva antes y durante la campaña electoral que su partido nunca pactaría entrar en un Gobierno Vasco que tuviera a Ibarretxe como lehendakari, ¿está dispuesta la actual dirección del PNV a entregar en bandeja la cabeza de su candidato si esa fuera la condición que le pusiera los socialistas vascos para intentar llegar a un acuerdo? Parece difícil que eso pudiera llevarse a efecto, por mucho que un sector del PNV estuviera muy tranquilo quitándose a Ibarretxe de en medio.

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La opción de gobernar con el apoyo del PP no es del agrado ni de Zapatero ni de los socialistas vascos. Consideran estos últimos que eso proyectaría una imagen frentista que quieren evitar y en cuanto al Presidente del Gobierno, recibir el apoyo de su rival político en la política nacional, tampoco le entusiasma. Pero teniendo la posibilidad real de mandar al PNV a la oposición y en ese supuesto, seguramente a Ibarretxe a su casa, va a ser muy complicado para el PSE y para Zapatero explicar en el resto de España que rechazan el acuerdo con el PP y, si fuera necesario, con UPyD. Por lo tanto, todo está muy abierto en Euskadi, aunque en la jornada del domingo, el nacionalismo en su conjunto ha sufrido un fuerte varapalo, con la práctica desaparición de Eusko Alkartasuna del mapa político.

Con este panorama, las elecciones europeas del próximo 7 de junio cobran una especial significación ya que va a ser un enfrentamiento directo entre Zapatero y Rajoy aunque los candidatos sean Juan Fernando López Aguilar por el PSOE y Jaime Mayor Oreja por el PP. Si este partido gana estas elecciones nadie le discutirá a Rajoy que sea el cabeza de cartel en las generales del 2012 y Zapatero, con una crisis económica que seguirá agravándose en los próximos meses, empezará a pensar que a lo mejor, el final de su ciclo político está mucho más cercano de lo que pensaba.