ETA manda en el “proceso”

Tuve la oportunidad de estar el pasado viernes por la tarde con el Presidente del Gobierno en el Palacio de la Moncloa. Quiso recibirnos a los organizadores del III Congreso Internacional sobre Víctimas del Terrorismo que tuvo lugar en Valencia los pasados días 13 y 14. Zapatero no quiso ir a este Congreso en el que se dieron cita 400 víctimas del terrorismo de todo el mundo y cometió un gran error. Es verdad que, al menos, nos dijo que lo lamentaba y que se había equivocado. Le pedí que el reconocimiento de ese error lo hiciera en público y que solicitara perdón por ello a las víctimas. Lógicamente mi petición cayó en saco roto. Pero si menciono esta reunión con Zapatero es porque veinticuatro horas después de estar con él, la banda terrorista ETA hacía público un comunicado en el que echaba un gran jarro de agua fría sobre el Presidente del Gobierno y sobre todos aquellos aledaños gubernamentales -¿seguirá teniendo la indecencia profesional el periodista de cámara de Zapatero, Luis Rodríguez Aizpeolea, de seguir anunciándonos prácticamente cada quince días desde las páginas de El País, que está todo a punto para una tregua?- que llevan más de un año esperando el anuncio de la banda terrorista de que deja las armas. Me hubiese gustado poder interpelar al Presidente del Gobierno tras este comunicado de ETA . Estoy seguro que me hubiese dicho que no cambia nada, que sigue albergando la mismas expectativas de paz, que tiene derecho a intentarlo, que otros gobiernos fracasaron, que será un “proceso de paz” largo y difícil y algunos lugares comunes más. Pero lo cierto, le guste o no a Zapatero, es que con este comunicado ETA quiere dejar muy claro que es ella quien marca los ritmos, los tiempos y hasta la agenda del Presidente. ¿Pero cómo no va a ser de esa manera? ¿Qué necesidad tiene ETA de regalar una tregua al Presidente, si este no hace más que hacer gestos con el entorno de la banda terrorista? Lo he dicho en bastantes ocasiones y lo reitero: ETA tiene una facilidad especial, propia de quienes son unos terroristas, de oler la debilidad del contrario y entonces, abusan de él y son implacables. A Zapatero le han cogido la medida hace ya bastante tiempo. ETA no necesita, de momento, dar una tregua . Las cosas, para sus intereses, van bien en Cataluña. Tienen a representantes suyos, los del Partido Comunista de las Tierras Vascas, sentados en los escaños del Parlamento Vasco. Batasuna campa por sus anchas y por las calles de Euskadi, como si fuera una formación que hubiese vuelto a la legalidad; el Pacto Antiterrorista con el PP está muerto; Zapatero y el PSE aceptan que en un escenario de paz no tiene porque haber “vencedores y vencidos” y da toda la impresión que en su “hoja de ruta”, el Presidente ha aceptado ya la mesa de partidos en el País Vasco que propuso hace dieciséis meses Batasuna en el velódromo de Anoeta para negociar el derecho de autodeterminación y la unidad territorial de Euskal Herria. Con este panorama, ¿por qué ETA va a tener que hacer un regalito a Zapatero? ¡Si le está saliendo gratis el “proceso”! Por un elemental respeto a la confidencialidad al encuentro con Zapatero al que me he referido en el comienzo de este artículo, no puedo desvelar algunos detalles y contenidos del mismo que reflejan el profundo desconocimiento que tiene el Presidente tanto sobre la voracidad de ETA y de los nacionalistas, como de la realidad política y social del País Vasco. Es como para echarse a temblar. La única esperanza que se puede albergar es que el Presidente abandone ese punto de “iluminado” que tiene, baje a la tierra y, al menos en esta delicadísima cuestión, aprenda de la historia, de lo que dicta el sentido común y de lo que desean la mayoría de españoles que no es otra cosa que conseguir la derrota de una banda terrorista que ha causado mucho dolor a lo largo de su macabra existencia.

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