Elecciones: primera vuelta

Desde mi punto de vista, la duda siempre ha estado en tres puntos, pese a lo que predecía la encuesta de estadística, ciertamente antes de la campaña y ciertamente con el enorme margen que ofrecía el número de docentes que se negaban a contestar o no daban su decisión de voto.

La primera duda se establecía sobre las posibilidades del candidato continuista. Pese a la enorme ventaja que se le daba al principio los datos apuntan a que se ha ido deshinchando al sufrir los efectos de una situación de cinco contra uno y al extenderse la idea de la gravedad de los problemas complutenses. Aún así casi se piensa que podrá enfrentarse a un aspirante en la segunda vuelta del 13 aunque es más que posible que no pase el primero lo que mermaría enormemente sus posibilidades.

Esto resolvería la segunda duda que era si al final las distintas “sensibilidades” de la Universidad optarían por un cambio casi completo, es decir, por plantear dos candidatos no continuistas, Carrillo e Iturmendi. Pese a que el primero fue vicerrector de Berzosa, su ruptura parecía completa mucho antes de la campaña. El poder es mucho poder, desgasta a quien no lo tiene como decía Giulio Andreotti y parece que esta apuesta no va a cumplirse. Digo que parece pues la evolución apunta a un crecimiento de los opositores conforme se desarrolla la campaña.

La tercera sería si al final habría un choque exclusivo entre dos ex vicerrectores de Berzosa. Más bien el vicerrector encap y Carrillo. Esta opción significaría que el 45 por ciento que llegó a tener Berzosa se había ampliado a favor de la “izquierda”, lo que no parece probable. Esto, evidentemente, hay que mirarlo con todas las prevenciones pues los candidatos juegan, con razón y sentido común dicho sea de paso, a la transversalidad y aspiran a congregar electores en casi todas las opciones ideológicas, en casi todos los sectores y en todos los campus y facultades. 

Carrillo parece fuerte en PAS y alumnos, mientras Andradas lo está en profesorado. El mayor equilibrio parece darse en Iturmendi, que pasaría muy probablemente el primero. No creo que en este punto me ciegue la amistad aunque comprendo la sonrisa irónica de alguno de mis lectores.

 
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