Sentencia y víctimas

No habían pasado ni veinticuatro horas desde que el Presidente del Tribunal que había juzgado a los acusados por el atentado del 11-M, Javier Gómez Bermúdez, hubiera leído un extracto de la sentencia, para que tanto desde el PSOE –José Blanco- como desde el Gobierno –el ministro Rubalcaba- se pusiera en marcha una estrategia de ataques y descalificaciones hacia el PP. Y eso, que el Presidente del Gobierno, en la declaración institucional que hizo desde el Palacio de la Moncloa nada mas conocerse la sentencia había hablado de mirar al futuro…Mayor cinismo no se puede tener.

Zapatero y el PSOE han vuelto a demostrar con esta utilización de la sentencia que ponen por delante sus intereses partidistas al respeto que se merecen las víctimas del terrorismo. Si hubieran prestado un poco de atención a lo que estas manifestaron tras conocerse el fallo del tribunal, se habrían dado cuenta que en esas horas sobraba el rifi-rafe político. Hubieran medido un poco mejor los tiempos. Hubieran dejado pasar al menos unos días, sólo unos pocos días, antes de lanzarse en tromba contra el PP y contra todo el que osara criticar algunos aspectos de la sentencia. Hubieran estado mas al lado de las víctimas y más alejados del aprovechamiento partidista de una sentencia judicial.

El Presidente del Gobierno y su partido, acosados y agobiados por innumerables problemas –el último y no menor el caos formado el Barcelona con las obras de llegada del AVE- tenían planificado de antemano utilizar la sentencia del 11-M para intentar zafarse de aquellos y volver a situar el foco de la opinión pública en la supuesta responsabilidad de los Gobiernos de Aznar en el atentado del 11-M por la participación de España en la guerra de Irak. Pero resulta que, como ya es sabido, en ninguna parte de la sentencia queda plasmada esa supuesta relación. Dio igual: Ferraz y Moncloa tenían diseñada una estrategia, un reparto de papeles, y no modificaron ni una coma.

Debería de tener un poco más de cuidado el PSOE con todo lo relacionado con el 11-M, porque a lo mejor, lo que ellos creen que les puede beneficiar –machacar al PP- al final se puede volver contra ellos. Hay un evidente cansancio en la opinión pública respecto a esta cuestión. La mayoría de los ciudadanos desearía que los políticos pasasen página, lo cual no es incompatible con que se pueda seguir investigando, desde el ámbito judicial, policial o periodístico, respecto a algunas cuestiones que la sentencia no ha aclarado, como por ejemplo, quien estaba detrás, quien planificó un atentado que tuvo una incidencia directa en el resultado de las elecciones del 14 de marzo de 2004.

Y por encima de todo, debería colocarse el respeto al dolor de las víctimas de aquel brutal atentado. La memoria y la dignidad de las 192 personas asesinadas y de los 1.800 heridos se merecen otro comportamiento de los dirigentes políticos y muy especialmente de quienes se vieron favorecidos, electoralmente hablando, por aquel atentado. Deberían de tener, tanto Zapatero como Blanco, De la Vega y Rubalcaba, un poquito mas de pudor y mostrarse un poco mas recatados a la hora de arrojar la sentencia contra el PP. No todo vale en política, por muy cerca que estén las elecciones y por muy incierto sea a día de hoy el resultado de las mismas.

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