Zapatero sí tiene un proyecto

Del actual Presidente del Gobierno se podrán decir y criticar muchas de las cosas que hace o dice, pero no el que no esté siendo coherente con su proyecto ideológico impregnado de un laicismo radical que busca el cambio total de costumbres en la sociedad española.

La pasada legislatura fue la ley en la que se equiparaban las uniones entre personas homosexuales al matrimonio entre un hombre y una mujer. Ahora ha sido el proyecto de ley que acaba de aprobar el Gobierno que supone en la práctica la posibilidad de que haya aborto libre en nuestro País, con la gravedad añadida de que las chicas de 16 años no necesiten del permiso paterno para practicar el aborto. Y además, la decisión gubernamental autorizando que se pueda vender la píldora abortiva “del día después” sin necesidad de receta.

Zapatero actúa así, primero, porque está convencido que ha ganado esa batalla en el seno de la sociedad española. Piensa que ese tipo de medidas tienen una buena acogida en amplios sectores sociales que pueden votarle y, también, porque sabe que los que están en contra de este tipo de leyes están mucho peor organizados, con una capacidad de respuesta limitada. Y no le falta razón al Presidente ni en una cosa ni en otra.

Lo sucedido la semana pasada es un ejemplo paradigmático de cómo actúa la izquierda en estas cuestiones. Con un Debate del Estado de la Nación que se presentaba muy complicado para Zapatero debido a la gravedad de la crisis económica que estamos padeciendo, el Gobierno decidió en la víspera de ese Debate anunciar lo de la píldora del “día después” y a las veinticuatro horas de finalizado, aprobar en Consejo de Ministros el anteproyecto de la nueva ley del aborto. Con lo cual, se consiguió que si no toda, gran parte de la atención de los medios de comunicación se centrara en cuestiones ajenas al Debate, que además, reitero, tienen una buena acogida en sectores de nuestra sociedad.

Ante esto, el principal partido de la oposición y su líder deciden no decir ni palabra de estas dos cuestiones en el transcurso del Debate del Estado de la Nación. Sólo crisis económica y más crisis económica. Eso sí, al día siguiente de que el Gobierno aprobase la ampliación de la actual ley del aborto, entonces Rajoy, con muy pocos y superficiales argumentos, anunció que el PP recurrirá la citada ley ante el Tribunal Constitucional. Algo es algo.

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A estas alturas ya nadie se puede llamar a engaño. Zapatero no es ese “bobo solemne” como en su día le calificó torpemente Rajoy, sino muy al contario es un político que no se desvía ni un milímetro de su proyecto ideológico de cambio total de la sociedad española. Mientras tanto, como decía antes, quienes se oponen por razones de tipo ético, moral o religioso a estas iniciativas, cada uno va por su cuenta y con muy poca organización. Y de esta situación no se escapan ni aquellos partidos políticos que deberían defender con mucho mas ahínco y convencimiento el derecho a la vida o a la familia, ni sectores eclesiales en los que a veces falta mayor profesionalidad en su quehacer, mas capacidad de comunicación, y sobra mucho afán de protagonismo.