Y después de Irak, ¿qué? ¿Dará marcha atrás EEUU?

Da la impresión de que las novedades se agotaron. En Bagdad hubo otra explosión. En Israel fue perpetrado tras meses de “calma” un atentado terrorista. Palestina está otra vez al borde de la guerra civil. El matrimonio Clinton podría mudarse again a la Casa Blanca. Incluso el futbolista Marco Materazzi ha vuelto a recibir un cabezazo.

Pero hay cosas que cambian. Por ejemplo, en el Foro Económico Mundial en Davos un alto representante del nuevo ejecutivo iraquí —sobre el papel, el aliado más seguro de Bush Jr.— calificó sin escrúpulos de “idiotez” la incursión de las tropas norteamericanas en su país. Algo que desde el principio decían y repetían los propios ciudadanos, sencillos y expertos, pero que adquiere una especial relevancia en boca de un miembro del Gobierno impuesto por los norteamericanos. Supongo que el lector convendrá conmigo en que es algo inesperado.

Mientras tanto, las manifestaciones antibélicas convocadas en EEUU suenan a déjà vu un tanto sui géneris. Reaparecieron las personas conocidas, entre ellas Jane Fonda, quien en su tiempo había protestado contra la guerra de Vietnam, e igual que entonces, los manifestantes exigen la retirada inmediata de las tropas desplazadas. Quisiera sumarme a ellos, pero...

Podemos suscribir el calificativo poco agradable del alto dignatario iraquí, pero sería interesante saber ¿dónde debería marcharse ese dirigente si los norteamericanos decidieran abandonar su país? Y, ¿qué suerte correría Irak tras la retirada de los norteamericanos? El que EEUU invadiera Irak con un pretexto traído por los pelos no es muestra de gran inteligencia, eso está claro para todos, pero ¿qué hacer ahora con el revuelto enjambre iraquí y con las selectas fuerzas del terrorismo mundial reunidas en Bagdad al socaire del error garrafal cometido por Washington?

Se quiera reconocer o no, quiso la suerte que en Irak los invasores se hayan convertido en factor de disuasión. Por supuesto, siguen siendo un mal, pero ya son un mal menor en comparación con lo que podría suceder si se van.

Y esto no es todo. En Irak, los estadounidenses, considerados invasores o tenidos por fuerza de disuasión, cayeron en la trampa. Según dijo metafóricamente un experto norteamericano, ahora en ese país actúan, lo mismo que en cualquier barrio urbano inseguro, tres bandas: los sunitas, que matan a los chiítas; los chiítas, que se incorporan a las fuerzas gubernamentales encargadas de mantener el orden para matar a los sunitas, aunque en nada se diferencian de los primeros; y los norteamericanos, mucho más fuertes que los otros dos grupos aunque no tienen fuerzas suficientes para poner orden en las calles. Creo que es una manera bastante autocrítica de explicarlo.

Los observadores imparciales profesan simpatías distintas. Naturalmente, todos comentan con pesar la muerte de las víctimas inocentes. Pero los norteamericanos que hoy combaten en Irak también cuentan con un grupo de apoyo. Y es comprensible: al convertirse en fuerza de disuasión, el marine norteamericano es blanco de los golpes que los extremistas podrían hoy asestar en diversos confines del orbe, incluida Rusia.

Pero conviene no olvidar, y por eso voy a repetirlo, que es una trampa en la que por supuesto los norteamericanos no se van a quedar para siempre. Bien pronto, apenas la Casa Blanca se persuada de que las fuerzas complementarias que en estos momentos se envían a Irak no cambian la situación, los norteamericanos intentarán evadirse.

Entonces, será interesante saber si optan por seguir en sus trece o por dar marcha atrás. Dicho en otros términos: ¿van a retroceder dejando el país sumido en el caos y la imagen propia muy deteriorada? ¿O lo harán reagrupando sus fuerzas y concentrando recursos no tanto humanos como técnicos para atacar a cuantos, en opinión de la Casa Blanca, apoyan el terrorismo en Irak? Los objetivos están a la vista, porque EEUU los ha designado más de una vez: Irán y tal vez Siria. Las operaciones terrestres están excluidas: ¡hasta tal punto se ve atascado EEUU en Irak! Pero Washington insiste en su intento de arrasar Irán mediante bombardeos.

 

Resumiendo: cometiendo un error garrafal desde el comienzo mismo, Washington y de consuno con éste muchos otros, se convirtieron en rehenes de ese error. Todas las variantes son malas. Y no se pronostican otras, las buenas. Como dicen los ajedrecistas, el presidente de los Estados Unidos está en posición de zugzwang, aquella en la que la parte obligada a mover debe realizar necesariamente una jugada que empeora su posición. Y para todos está claro que Bush jr. no es Bobby Fisher.

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