El ‘espectáculo’ del Gobierno

No llevan ni diez días en sus puestos y el nuevo Gobierno que nombró Zapatero en plena Semana Santa no ha ahorrado ya “días de gloria” a todos los españoles. El enfrentamiento entre miembros del ejecutivo con representantes de otros poderes del Estado; la descoordinación entre sus miembros; el ninguneo a algunos de los nuevos ministros o la desautorización presidencial a otros que no son tan nuevos ha estado a la orden del día y lo que uno se pregunta es cuanto puede aguantar esta situación de claro desgobierno.

La dura y grave acusación del Fiscal General del Estado, Cándido Conde Pompidu, realizada de forma pública en el transcurso de un desayuno informativo en Madrid, diciendo que el Cuerpo Nacional de Policía no había colaborado con la Fiscalía en todo el proceso de ilegalización de las marcas “blancas” de ETA en las pasadas elecciones municipales y generales, ha sido sin duda el episodio más grave de los acaecidos estos últimos días y que, de momento, le ha valido al Fiscal General una querella conjunta de los cuatro sindicatos policiales por un presunto delito de injurias. Por su parte, la Vicepresidenta Primera del Gobierno y el Ministro del Interior se han limitado a decir que la cuestión ya estaba aclarada y que se trató de episodios de descoordinación procedimentales. Es decir, “pelillos a la mar”.

Pero si es verdad, en parte o en todo, lo que dijo Conde Pompidu, estaríamos ante un hecho muy grave, que por otra parte, el Fiscal General tendría que haber intentado solventar de forma discreta y privada con los responsables del Gobierno y no haciendo en público una acusación de ese calibre que daña seriamente a uno de los Cuerpos de Seguridad que mas han luchado contra el terrorismo. Y si no es verdad, lo único que entonces tendría que hacer el Fiscal General es su maleta e irse a su casa.

Tampoco ha estado nada mal el enfrentamiento entre el Gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, y el Ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, a raíz de unas declaraciones del primero es las que advertía del riesgo de que en un plazo breve de tiempo se agotase el fondo de pensiones de la Seguridad Social. Hay que recordar que Fernández Ordóñez no es una persona sospechosa de estar en sintonía ideológica con el actual Gobierno que fue el que le promovió para dicho cargo sin pactar su nombramiento con el principal partido de la oposición. El rapapolvos del Ministro de Trabajo al Gobernador del Banco de España fue de los que marcan época y a Corbacho solo le faltó soltar eso del “¿por qué no te callas?” que le dijo el Rey al dictadorzuelo Hugo Chávez.

Por no hablar del ninguneo que ya ha sufrido el Vicepresidente Tercero y responsable de las Relaciones con las Autonomías, Manuel Chaves, por parte de la Vicepresidenta Económica, Elena Salgado, que fue quien se reunió con el Presidente de la Generalitat, José Montilla, para volver a retoma el espinoso asunto de la financiación a Cataluña.

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La única actuación inteligente que ha llevado a cabo un miembro del Gobierno en estos días la ha protagonizado, ¡oh sorpresa!, José Blanco, al reunirse con Esperanza Aguirre y comprometerse a desbloquear y desatascar todo lo que su predecesora, Magdalena Álvarez, había bloqueado y atascado en relación con las inversiones del Ministerio de Fomento en la Comunidad de Madrid. Sin ninguna duda, Blanco es consciente de que mientras que Esperanza Aguirre pudiera seguir con el discurso de que Zapatero no invierte un euro en Madrid, las posibilidades electorales del PSOE en esta Comunidad eran igual a cero.

Visto lo visto, al nuevo Gobierno no se le pueden dar ni los famosos cien días de cortesía para saber como funciona. Si en diez días han hecho lo que han hecho, uno no se puede ni imaginar lo que serían capaces de llevar a cabo en un periodo de tiempo diez veces mayor. El responsable político de todo este desaguisado es obviamente el Presidente. La “baraka” de Zapatero ya no es la misma que en la primera legislatura y muchos ciudadanos, fundamentalmente por la forma de afrontar la crisis económica, ya han empezado a darse cuenta de la incompetencia e insolvencia de quien está al frente del ejecutivo. Eso sí, lo único que se le ocurre al Presidente para hacer frente al temporal es: aborto libre y una nueva ley de libertad religiosa, que como es bien sabido son dos cuestiones que “preocupan” tanto a los ciudadanos que es que no se habla de otra cosa en las tertulias y en los cafés…