La fiscal y el Belén

Hay que ser o muy sectaria o muy necia, o las dos cosas a la vez, para comportarse como lo ha hecho la fiscal Pilar Barrero, que por poco sufre un "patatús" cuando hace unos días entró en el vestíbulo de la sede de la Fiscalía General del Estado en la calle Fortuny en Madrid y se encontró con un Belén que ha su vez había colocado otra fiscal, más conocida que ella en virtud del juicio por el atentado del 11-M, Olga Sanchez.

Su indignación llegó a tal punto -¡estamos en un Estado laico!, debía de ir gritando por los pasillos- que rauda y veloz se dirigió al despacho del Fiscal General del Gobierno, perdón del Estado, Cándido Conde Pompidu, que no se encontraba en el mismo, por lo que acudió al “segundo” de la Fiscalía para exigir que inmediatamente fuera retirado el citado Belén. Dicho y hecho: ante las airadas protestas y los argumentos de tanto “peso” esgrimidos por la fiscal, el Belén fue quitado.

Lo siento por la pobre fiscal, pero me imagino que lo pasará fatal en estas fechas, porque vaya donde vaya, se va a topar con un Belén. No la veo a Doña Pilar paseando por ninguna ciudad del mundo ante el temor de encontrarse con las figuras de la Virgen, San José y el Niño. Si encima el Belén, como suele ser habitual, tiene ángeles, un buey, una mula y pastorcillos, a la fiscal a lo mejor la tienen que ingresar de urgencias. Por supuesto, si se para ante el escaparate de cualquier tienda se puede llevar un susto de muerte, porque hay mucha que ponen Belenes.

Es de suponer que la fiscal Barrero tampoco abrirá en estas semanas ni el correo electrónico ni el postal, ante el riesgo de recibir un impacto tan fuerte como una felicitación navideña con un Belén. Me da mucha pena esta fiscal, porque tampoco podrá ver la televisión, ante el riesgo evidente de ver Belenes en muchos lugares del mundo. ¿Qué hará Doña Pilar Barrero en Navidad? Seguramente meterse debajo de la cama y no salir hasta después de Reyes. Además, seguro que es republicana, lo que por otra parte está en su derecho y es muy respetable, pero me temo que hasta el 7 de enero la fiscal no pone un pié en la calle.

Este es el riesgo de sembrar tanto laicismo trasnochado y ramplón como desde hace tiempo viene haciendo el actual Gobierno y todo su entorno pseudo cultural y mediático, porque puedes encontrarte con personas que se lo tomen al pie de la letra. De repente te topas con una miembro de la carrera fiscal que no soporta tener que pasar por delante de la representación y la conmemoración del hecho central de la humanidad, que no es otro que el nacimiento del Hijo de Dios. Un hecho que ha marcado el devenir de la humanidad y que desde cualquier punto de vista –cultural, histórico, religioso, social- es aceptado y respetado por todo el mundo.

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Cuando de la ideología o del sectarismo se hace una militancia, pasan estas cosas. Pues aun a riesgo de que la moleste, cosa que no es mi intención, le deseo una muy Feliz Navidad a la fiscal Barrero, algo que hago extensible a todos los lectores de El Confidencial Digital. Y que el 2009, a pesar de los negros presagios económicos, sea un año de paz y de muchas alegrías para todos.