Los problemas de Zapatero

Se le ha empezado a torcer la buena suerte de la que gozaba desde incluso antes de llegar a la Moncloa. Su falta de liderazgo para hacer frente a la grave crisis económica y la desafección de sus amigos nacionalistas son los dos motivos principales que explican que Zapatero esté pasando sus peores momentos desde que es Presidente del Gobierno. Y eso que sólo ha transcurrido un año desde su segunda victoria en unas elecciones generales.

A pesar de contar con el muy importante apoyo de 169 diputados y once millones de votos, Zapatero se enfrenta a un futuro político lleno de incertidumbre y de problemas. Cada día hay en España 7.000 nuevos parados; la cifra de personas que dejan de cobrar del desempleo, también va en aumento. El Gobierno está literalmente “abrasado” y el Presidente necesita mover banquillo cuanto antes, mandando a casa a un buen número de ministros-as, pero no encuentra el momento adecuado. Todos son malos para hacer un cambio de gobierno.

Además, el empeño de Patxi López por ser lehendakari le va a privar del apoyo de los diputados del PNV en el Congreso. Con CIU no puede contar, porque los echó de la Generalitat, y el apoyo de ERC, aparte de cotizarse a la baja, no es suficiente para llegar a la ansiada mayoría absoluta de los 176 escaños.

Y lo que es más preocupante para Zapatero: el PP, tras su triunfo en Galicia, ha recuperado aire y se ha situado en muy buena posición para ganar las próximas citas electorales como las europeas del primer domingo de junio. La obsesión de Zapatero en la anterior legislatura fue eliminar política y socialmente al PP. Arrinconar a este partido, crear en torno suyo, en expresión de uno de sus “titiriteros”, un “cordón sanitario”. Los populares han conseguido romper ese aislamiento y, ¡paradojas de la política!, incluso ahora son decisivos para que el socialista López llegue a Ajuria-Enea.

Ante esta situación, la reacción de Zapatero está siendo la previsible en un político mediocre: ¡dejadme sólo! viene a decir el Presidente, que estoy en condiciones de encauzar este estado de cosas. Pero se equivocará. Cada día que pasa, se pone más en evidencia su incapacidad para afrontar la grave crisis económica. Le faltan ideas y decisión para acometer las reformas estructurales que necesita nuestro sistema económico. Tampoco quiere apoyarse para ello en el principal partido de la oposición. Y lo único que se le ocurre, mitad maniobra de distracción, mitad resorte radical laicista es lanzar a su ministra florero, Bibiana Aido, con la propuesta de aborto libre. O que su ministra de Defensa, anuncie por sorpresa la retirada de las tropas de Kosovo, para veinticuatro horas después, ante el profundo malestar creado en la Administración Obama y en la OTAN, dar marcha atrás, desautorizar de plano a su ministra y aplazar “sine die” dicha retirada. 

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No lo va a tener fácil Zapatero. Los problemas se le acumulan encima de la mesa y los apoyos, sobre todo en el Congreso, van disminuyendo cada día. La posibilidad de un adelanto electoral, después de la presidencia de la Unión Europea en el primer semestre del próximo año no es nada descartable. Como tampoco lo es que el PP, si gana las elecciones europeas, se plantee seriamente una moción de censura, que tal y como están las cosas, habría que ver que pasa con ella. El tablero político se está moviendo de forma acelerada y todos están tomando posiciones. Lo que era válido hace unos meses, ya nadie puede asegurar que lo siga siendo.