Lo que viene y se va

Se nos va el 2005 con paso lento y perezoso. Se escapa diciendo adiós desde el horizonte. Sorprendimos a su silueta bailando “La Tortura” de Shakira y Sanz y con una copia del Estatuto debajo del brazo. En una gran bolsa se lleva también a Vanderlei Luxemburgo, a la comisión de investigación del 11-M al completo, trozos de carbón y polvo del Windsor, la imagen sonriente y paternal de Juan Pablo II, los llantos de las víctimas del asesinato masivo de Al Qaeda en Londres, la mirada enigmática de Agustín González, la música ilustrada por Joaquín Luqui, la pluma incansable de Julián Marías... El 2005 nos regalará un último segundo adicional y luego se abrirá la puerta a un nuevo año. El 2006. Y para el recuerdo de estos días, de lo bueno y de lo malo, nos quedarán un montón de canciones aparecidas en los últimos meses. El tiempo pasa, pero la música sigue poniendo incesantemente banda sonora a nuestras vidas. Desde el ‘Vértigo’ de la gira de U2 hasta las ‘Zapatillas’ de El Canto del Loco, que reiteradamente gritarán en las fiestas de final de año de toda España su éxito del momento: “Volverá...”. Con Mecano, Duncan Dhu y el revival de los 80 hasta en la sopa. Así recordaremos lo mejor y lo peor del 2005. Pereza , Amaral, Hombres G y Andrés Calamaro han sido también grandes protagonistas del año musical en lo que a la escena nacional se refiere. Los primeros consolidándose como banda de rock puro del momento, la segunda despertando mayor admiración a cada disco, el grupo liderado por David Summers puede adjudicarse junto a El Canto del Loco la gira española más importante del año y el último, el ex líder de Los Rodríguez, apareció en escena al terminar el 2005 para ofrecer un nuevo disco y una pequeña minigira que provocó la locura de sus muchos fans españoles. Cada año la historia se repite, aunque cambian las desgracias, cambian las alegrías, cambian los protagonistas y cambian las canciones. Algunos, que repiten protagonismo año tras año, acabarán quemados socialmente después de tantas portadas de periódicos. Se abre un 2006 enigmático en cuanto a lo musical y lo cultural. Con las discográficas asegurando que están con el agua al cuello y recortando al máximo sus apuestas y con los grupos noveles cada vez más desanimados. Cada día es más complicado mantenerse en la brecha bajo la etiqueta de artista consagrado. Cada día cuesta más hacer y vender nuevas canciones. Incluso a los más grandes y populares del país les afecta esta crisis de la industria de la música y, en parte, esta carencia creativa. No está claro qué es de qué. La industria no está sabiendo adaptarse a los nuevos tiempos y la lucha contra la piratería sigue sin ofrecer los frutos esperados. A los amantes de la música, no les interesa en exceso el final de la piratería, la noticia que quieren escuchar es la de la recuperación económica de las discográficas, cosa que permitiría volver a apostar por caras nuevas y por canciones inéditas de viejos conocidos. El 2005 se lleva casi todo lo que trajo. Sólo con mucha imaginación podemos considerar de manera global al 2005 como un buen año. En particular, en lo musical, lo ha sido en cuanto a canciones, pero no lo ha sido para la industria. Pan para hoy y hambre para mañana. Esperemos que el 2006 aporte nuevas ideas. Aporte juventud y buenas vibraciones. Y nos traiga canciones, muchas buenas canciones. Porque lo males políticos, deportivos, sociales y personales no suelen tener, pero con una buena banda sonora de fondo —y una buena salud de la industria musical- podremos volver sonreír, olvidar y mirar adelante. Con Amaral, Dani Martín y David Summers en la portada del próximo Anuario. Con Ramontxu o Ramonchu, su capa y las uvas. Como siempre. Como todos los años. Martes y Trece despedían en su tiempo un “Especial Fin de Año” de La Primera de TVE con este optimista mensaje musicado, muy apropiado para estas fechas un tanto reflexivas: “Tienes todo para ser feliz / simplemente mira dentro de tu vida / y verás que todo no es tan gris / tienes tantas cosas buenas que ahora olvidas...”. Feliz año nuevo.