Zeroladas
Resulta paradójico que el laicismo imperante en nuestro país, tan tolerante con otras religiones, sea tan beligerante con el catolicismo. De hecho pretende destronar la fe católica y sustituirla por la fe laica, constituyéndose de este modo en la nueva y única religión, en la que sus propios promotores pasen a la categoría de dioses como si de nuevos faraones se tratara.
Así, entre los muchos despropósitos a los que nos tiene acostumbrados la progresía, merece mención honorífica la estulticia denominada bautismo laico, acto tan relevante en la vida que reclaman para él un registro. ¿Se imaginan 3 ó 4 secciones más en el Registro Civil para estos nuevos eventos sociales: bautismos, comuniones, confirmaciones y funerales laicos? A estos registros habría que añadir sendas secciones de apostasía: la religiosa, ya propuesta en algún municipio como Rivas, y la laica, que propongo yo por si algún progre iluminado decide apearse del burro. Y así ad infinítum. Tal proliferación de registros crearía un filón de puestos de trabajo, por lo que , aunque la idea sea mía, propondré a ZP que la incluya como propia en algún paquete de medidas extraordinarias para paliar la crisis.
La foto de la ceremonia no podía ser más enternecedora: el bautizado, preguntándose tal vez por qué habían demorado tanto la celebración de su advenimiento; los padres, abuelo y otros dignos representantes del sindicato de la ceja (¿mejor “zeja”?); y, como maestro de ceremonias, el gran Zerolo, el más ilustre valedor de ZP para estos menesteres.
Actos como éste merecen la acuñación de un nuevo término definitorio: zerolada. Propondré a la RAE que lo incluya en la nueva versión del diccionario con esta definición: dícese de la ceremonia ajena al sentido común, que constituye un perfecto compendio de la memez, chorrada y gilipollez.
Las zetas están de moda. Los últimos de la fila se han puesto los primeros. ¡Así nos luce el pelo!