Hablan los funcionarios de prisiones que le custodiaron. La otra cara de Ander Errandonea, el etarra que pidió el voto para Bildu nada más salir de la cárcel

La escena no pudo ser más impactante. El etarra Ander Errandonea mostrando una pancarta en la que pedía el voto para Bildu a las puertas de la prisión de Herrera de la Mancha, nada más salir. Lo que muy pocos conocen es cómo se comportaba en la cárcel. La conclusión es que quiso dar el pego. Éste es el testimonio directo de los funcionarios de prisiones que se encargaron de vigilarle.

La actitud altiva y arrogante de Errandonea apenas sobrepasar los muros de la prisión ha sorprendido a los funcionarios que han compartido módulo con él en los últimos años. El Confidencial Digital ha podido tener acceso al testimonio directo de los encargados de vigilarle día a día, a él y a los otros veinte etarras custodiados en Herrera de la Mancha (en ocasiones han sido más). Así relatan a ECD lo que han visto:

-- Errandonea tenía un trato con los funcionarios de la prisión “normal”.

-- Apenas se había significado por nada, al contrario de lo sí han hecho, en muchas ocasiones, otros presos etarras. Por ejemplo con las llamadas ‘txapadas’ (es decir, negarse a cumplir las órdenes de los funcionarios)

-- Los funcionarios explican que “no estaba muy integrado” con los etarras. Parecía como alejado del mundo violento, apuntan, ya que “no hacía ningún ruido”. “Parecía que estaba con ellos porque no le quedaba otra opción”.

Un amigo de De Juan Chaos

-- Sin embargo, Errandonea se llevaba muy bien con José Ignacio Alonso Rubio (condenado a 89 años por un asesinato). Es uno de los ‘duros’ de ETA, al que en Interior consideran amigo íntimo de Iñaki de Juana Chaos. Ambos compartieron durante bastante tiempo el mismo módulo y la relación era “excelente”.

-- Leía prácticamente a diario el periódico Gara.

-- Quien pudo hablar con él en la cárcel (era un hombre más bien callado) constata que lo hacía casi siempre en euskera. No utilizaba el castellano.

-- Errandonea también destacaba por su imagen descuidada. No cuidaba mucho su ropa. Algún funcionario apunta que, si le hubieran colocado en un módulo de presos comunes, habría pasado inadvertido.

 

-- Acudía con frecuencia a los locutorios para hacer sus llamadas telefónicas. Nunca tuvo ningún problema.

Hizo estudios de grado medio

-- Hizo estudios de grado medio mientras estaba en prisión. Las fuentes consultadas por ECD apuntan que logró sacarse el título de bachiller en la cárcel.

-- Recibía con frecuencia la visita de un profesor, que le ayudaba con los libros de texto y los exámenes.

-- Sus pedidos en el economato eran de lo más normales: no era excesivo en los gastos. Sí compraba a menudo Coca-Cola y alguna chuchería.

Un preso modélico

Los funcionarios que trabajaron junto a él lo definen como un preso etarra “modélico”.  Por eso, su actuación nada más al salir de la cárcel les ha sorprendido vivamente, porque de ninguna manera lo esperaban de él. Aseguran que Errandonea no tenía delitos de sangre y que su puesta en libertad era “previsible”.

Como es sabido, a las once menos veinte de la mañana del martes, Ander Errandonea atravesó la barrera de seguridad de la cárcel de máxima seguridad de Herrera de la Mancha y se convirtió en un ciudadano libre. En la puerta le esperaban familiares y amigos con ikurriñas y pancartas de ‘Presos a casa’.

En ese momento, y ante la presencia de cámaras de televisión, soltó las dos bolsas que llevaba en las manos y procedió a mostrar una pancarta en la que se podía leer la palabra Bildu. Debajo, unas manos votando en una urna y, en la parte inferior, las palabras ‘Indepedentzia eta socialismoa’.

Sus familiares se colocaron junto a él y juntos, con el puño en alto, cantaron el ‘Eusko Gudariak’.

Vea a continuación el instante de la salida de Ander Errandonea de la cárcel y el momento en que muestra la citada pancarta: 

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