José Apezarena

El último tren de Esperanza

Esperanza Aguirre afirmó en el pasado, en más de una ocasión, que tenía una gran sueño: convertirse un día en alcaldesa de su ciudad, de Madrid. Y era verdad.

Lo que ocurre es que esas confesiones se produjeron cuando ya no ocupaba cargo, cuando se encontraba medio en paro después de aquel extraño 'abandono' de la política, tan extraño que siguió siendo presidenta del PP de Madrid. Y lo es todavía.

Era la época es que se le citaba como una candidata más a sustituir a Ana Botella al frente del ayuntamiento, la institución en la que Aguirre ha trabajado durante trece años.

Lo que también ocurre es que hoy las cosas han cambiado y Esperanza Aguirre puede atreverse a más. Atreverse a intentar ser presidenta del Gobierno. Ve llegada la hora de apostar por un sueño todavía más ambicioso: convertirse en la Margaret Thatcher española, tal como reveló ayer El Confidencial Digital.

Aguirre se ve en condiciones de planteárselo porque ya ha conseguido la nominación a la alcaldía de Madrid, porque cree que conseguirá sentarse en el sillón municipal, y porque en su partido se han producido desgastes tan profundos que la cita de este domingo, para las locales y autonómicas, puede convertirse en un desastre electoral de tal magnitud que ella podría sacar provecho.

Si logra la alcaldía (primera condición) y si la debacle se produce (segunda condición), Esperanza Aguirre promoverá la celebración de un congreso extraordinario para provocar un cambio en la presidencia del Partido Popular, enfrentándose para ello a Mariano Rajoy.

A sus 62 años, todavía muy activos como viene demostrando cada día con esta campaña a tope, los meses próximos van a resultar decisivos para Esperanza Aguirre que afronta, esta vez sí, el último tren político. Si no logra su objetivo, si fracasa, no habrá otra oportunidad.

editor@elconfidencialdigital.com

Twitter: @JoseApezarena

 
Comentarios