La crisis, Merkel y la tercera guerra

Como es bien conocido, Europa sufrió el siglo pasado dos hecatombes: la Primera y la Segunda Guerra Mundial.

Esos dos terribles episodios históricos devastaron el continente, además de sembrar la muerte por casi todo el mundo conocido.

Sin entrar en demasiados matices, puede decirse que esas dos tragedias tuvieron un origen común: Alemania.

El proyecto de Europa se encuentra en estos momentos en una difícil coyuntura, hasta el punto de correr el riesgo de convertirse en un aparatoso fallido.

Esa apasionante aventura ya habría merecido la pena, porque ha provocado un primer efecto benéfico: que Europa se ha visto libre de aquellas guerras del pasado. Pero todavía se encuentra a mitad de camino.

Europa fracasará, si no se dota cuanto antes de los necesarios instrumentos de gobierno y tomas de decisión, los mismos para todos los países, desde la unidad fiscal al control centralizado de los bancos.

Y Europa fenecerá ya mismo, a muy corto plazo, si no hace nada por defender a países como España e Italia del ataque de los mercados.

Lo puede conseguir el Banco Central Europeo, comprando toda la deuda que sea precisa, como, por otra parte, han hecho y están haciendo la Reserva Federal y el Banco de Inglaterra. Tiene capacidad económica para hacerlo.

El problema es que esa opción pasa por el visto bueno de Angela Merkel, y la canciller se mantiene en la negativa.

 

Europa puede quedar destruida por tercera vez (aunque de otra forma que las dos anteriores). Y el origen habrá estado también en Alemania.

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Twitter: @JoseApezarena

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