Desde luego, España no es un corralito

Echo de menos una reacción mucho más rotunda frente a las atrevidas palabras del ínclito premio Nobel Krugman vaticinando para España un corralito.

Han faltado resortes en unos cuantos políticos (singularmente dentro del campo socialista), en no pocos periodistas, pero sobre todo entre economistas y expertos. Porque España no es un corralito. ¡Desde luego que no!

Este país tiene problemas, ¡qué duda cabe! Pero no son tan desesperados como dan a entender algunos de esos agoreros.

Y, sobre todo, lo que se está dirimiendo no es el destino de España, sino que se está jugando el futuro del euro, y por ende de la propia Unión Europea. No faltan los interesados en que le proyecto fracase.

Por resumir, y hablando coloquialmente, lo que ocurre es que están dando patadas a la UE en el culo de España.

Dicho lo cual, este país tiene estructuras económicas, capacidad técnica, recursos, compañías (no pocas de ellas con liderazgo mundial), nivel de conocimientos y educación… y hasta ganas de pelear, más que suficientes y demostrados, como para que no se pueda poner en duda su viabilidad ni su capacidad de afrontar y superar la crisis.

No somos un corralito. Y los primeros que nos lo tendríamos que creer somos los españoles.

 
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