Como un pato sin cabeza
Parece, con perdón, un pato sin cabeza.
Me refiero al lehendakari del Gobierno Vasco, el ciudadano y compañero Patxi López.
López lleva una larga temporada desorientado, despistado, obnubilado… Políticamente hablando, por supuesto.
Ha hecho cosas muy raras estos últimos tiempos. De las que a continuación, para sorpresa de propios y extraños, casi siempre se ha desdicho.
Por citar algunos casos, ahí está aquella propuesta que lanzó de convocar un congreso extraordinario del PSOE cuando estaban en vísperas unas primarias entre Rubalcaba y Carme Chacón.
Apenas emitido el último comunicado de ETA, el del final de la violencia, se apresuró a convocar una mesa de partidos, que a continuación desmontó sobre la marcha. Sus prisas tuvieron que ser frenadas en seco desde Madrid
Después, ha abierto una ronda de contactos con ‘todas’ las fuerzas políticas, que nadie sabe a santo de qué las ha montado. Eso sí, le ha dado fotografía diaria en la prensa local, y hasta nacional.
La última salida de pata de banco ha sido convertir el “Día de la Memoria”, instaurado para honrar a las víctimas del terrorismo etarra, en una celebración en memoria de “todas” las víctimas.
La equidistancia del lehendakari, a estas alturas, me parece más que sospechosa. Lo siento por las víctimas de ETA, por el sentido común… y por el futuro político de López.