¿Otro Mayo en la Puerta del Sol?

Entre Ángela Merkel, que nos quiere dejar sin vacaciones, y ‘quién sea’ que desde la Puerta del Sol nos quiere dejar sin jornada de reflexión, los españoles estamos que no levantamos cabeza.

No deja de ser significativo que últimamente cuando hay encuestas que dan la victoria a un determinado partido, por unas u otras razones, no podamos reflexionar. En esta ocasión no estaría de más que alguien dedicara el día de reflexión a reflexionar sobre quién y por qué se dio en su momento a la reflexión y llegó a la conclusión de que había que montar el pollo precisamente la semana antes de las elecciones.

Que para montar el pollo hay más de un motivo, es más que evidente. Que el sistema político, no en sí mismo, sino tal y como lo administran nuestros políticos está llegando a su fin y que hay que sustituir, al menos las formas, nadie lo niega. Que los jóvenes -o menos jóvenes- parados y con pocas esperanzas se dediquen a protestar y a pedir cambios entra dentro de lo normal, y que el descontento es general las mismas encuestas lo demuestran cada día.

Pero hay que reflexionar en por qué ahora y por qué en determinados lugares y no en otros.

Las denominadas redes sociales, que valen para mucho, también son la gran coartada de las llamadas improvisadas, espontáneas y sin director de orquesta. Nadie inspira nada y los SMS nacen por generación espontánea. Y los niños vienen de París y el Ratoncito Pérez vive por los alrededores de la Puerta del Sol. Pues bueno…

Se debaten los partidos en la duda. La verdad es que, al menos en apariencia, lo de la Puerta del Sol –en otras ciudades también- les ha pillado con el paso cambiado. Lo que sí parece es que al menos a algunos no les parece demasiado perjudicial para el proceso electoral. Ellos sabrán por qué.

A quien no le parece bien es a la Junta Electoral Central, que ha prohibido el evento, al menos el día de reflexión.

Tras esta durísima decisión de la mencionada Junta, ahora la investigación y las encuestas se centran en definir hasta dónde llega el eco de las carcajadas.

Y tampoco estaría de más que alguien estudiara el eco de las atribuciones que se toma la señora Merkel que, en definitiva, nos ha llamado vagos.

 

Y es que hay que cambiar el sistema.

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