Las prioridades prioritariamente prioritarias de Albares

El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares.

Lo más importante, lo más prioritario, lo más comprometido y lo que más puede influir en el devenir  internacional de nuestra nación, se conoce  de la mano de Albares; lo que de verdad preocupa a Albares, lo que desasosiega a Albares, lo que inquieta a Albares, lo que ocupa a Albares, lo que obsesiona a Albares, lo que consume su tiempo, mina sus energías y agota su vitalidad, es conseguir que el catalán sea reconocido como idioma oficial en Europa. 

Desde el siglo XVII a nuestros días, los Grimaldo, Silva, Álvarez de Toledo, Moñino, Godoy, Cea Bermúdez, Istúriz, Olózaga, Silvela, Cánovas, Dato, Lerroux, De los Ríos, Azcárate, Besteiro, Sánchez Albornoz, Lequerica, Martín Artajo, Castiella, Areilza, Fernández Ordoñez o Piqué, unos como ministros de Estado y, más recientemente, otros como ministros de Asuntos Exteriores, son algunos de los que precedieron a Albares en la gestión de los  asuntos de España fuera de nuestras fronteras.

No es que esos nombres (sobre todo comparados con Albares) hayan supuesto nada en la historia de España, ni que los personajes fueran alguien en la vida pública española (sobre todo comparados con Albares), ni que sus trayectorias políticas fueran brillantes (sobre todo comparados con Albares), ni que sus nombres hayan pasado a la historia por su categoría política e intelectual o su preparación para ostentar el cargo (sobre todo comparados con Albares), ni que sus servicios a España hayan sido excesivamente relevantes (sobre todo comparados con Albares).

Pero vivieron acontecimientos importantes y con sus luces y sus sombras están en las referencias más ilustres de nuestra diplomacia. Y en todas esas épocas hubo muchos y muy comprometidos asuntos que resolver, que negociar, que tratar  y a los que se dedicaron los afanes de los responsables.

Y esos políticos, nada ilustres (sobre todo comprados con Albares) tienen a Albares de sucesor. Nada más y nada menos.

Ahora, en nuestros días, hemos topado con lo más importante, lo más prioritario, lo más comprometido, lo que más puede influir en el devenir  internacional de nuestra nación. Por boca de Albares y de la mano de Albares, hemos sabido que lo que de verdad preocupa a Albares, lo que desasosiega a Albares, lo que inquieta a Albares, lo que ocupa a Albares, lo que obsesiona a Albares, lo que consume su tiempo, mina sus energías y agota su vitalidad, es conseguir que el catalán sea reconocido como idioma oficial en Europa, y para ello está dispuesto a llevar a cabo, cueste lo que cueste, todas las acciones que sean necesarias y todas las negociaciones que su fino instinto diplomático, para detectar los problemas exteriores de España, considere oportunas.

Para decir lo que ha dicho Albares en relación a sus desvaríos idiomáticos -además de servir incondicionalmente a quién le nombró y le mantiene en el ministerio- hay que ser muy diplomático o ser muy poco diplomático, según se mire, y según la acepción que se dé al término diplomático, carrera y dedicación a la que con tanto denuedo, tanto lustre y tanto esplendor, sirve Albares.

Los logros para el catalán en Europa son, según dice, su único objetivo como ministro y la prioridad absoluta de su ministerio.

Y una vez más, como tantos y tantos de los que rodean a Sánchez, Albares miente, y miente porque su única prioridad y su objetivo más ansiado, es seguir siendo ministro, incluso por encima de la relevancia del catalán.

 

Algunos de los retratos de sus predecesores, que cuelgan de las paredes del palacio de Santa Cruz, deberían ponerse al revés cuando Albares deambule por los pasillos del ministerio.

La carcajada… Dice Gómez, en esa cosa de los másteres de la Complutense: “Cuando yo me comprometo, cuando yo dono, yo quiero que al menos el 80% vaya a un proyecto. Eso tiene que ver con la transparencia, porque si yo estoy comprometiéndome en toda la documentación, en mis memorias, con que esa donación va en ese tanto por ciento, tengo que ver qué ejercicio tengo que hacer para poder incrementar ese músculo y que siga yendo ese dinero en ese tanto por ciento, al proyecto”.

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