Sentido común también (y un poco más) en los maratones

Dos personas preparadas físicamente perdieron la vida. La asistencia médica de los organizadores estaba duplicada respecto a las exigencias legales, que obligan a tener una ambulancia, y en este caso había dos. Pero no fue suficiente.

Hubo un tercer corredor del maratón, de 65 años, que tuvo que ser ingresado. Acaba de salir del hispital. Pretendía correr la semana que viene una carrera de 63 kilómetros... y los médicos se lo han desaconsejado, por lo que - según parece - no la correrá. Menos mal, por él y por todos: ¡sentido común!

Se está hablando y escribiendo mucho sobre la dureza del maratón y de las posibles exigencias de un chequeo médico previo. Los hay que piensan que el maratón es ya, de por sí, una prueba peligrosa, poco saludable, e incluso evocan para reforzar su opinión el origen del término “maratón”: un soldado griego fue corriendo desde Maratón a Atenas para decir que habían ganado la batalla a los persas, y falleció nada más comunicarlo.

Hay que ser prudentes, rigurosos y no alarmar innecesariamente. El deporte es muy sano, que es bueno ejercer con moderación y de acuerdo con las condiciones personales, como casi todo en la vida. Basta recordar el número de personas que, cada año, fallecen simplemente paseando por la playa, o bañándose junto a la orilla y sin ningún riesgo. O entre quienes practican un ciclismo moderado.

Tal vez tiene menos riesgo un corredor de maratón, que suele prepararse metódicamente, que no pocos deportistas esporádicos. Pero sentido común, en todo, también y un poco más entre quienes corren maratones.

La afición por correr, las carreras populares se han incrementando en todas partes. El maratón requiere preparación y buen estado de salud. A los no profesionales, no se les exige certificado médico, a diferencia de Italia o Francia. Sanidad debe estudiarlo, pero ojalá se llegue a un resultado a nivel estatal, para que no haya exigencias distintas según cada comunidad autónoma, provincia o municipio.

He participado en carreras populares, tanto urbanas como en contacto con la naturaleza, y es una buena experiencia. Nunca en un maratón ni mediomaratón. Algo me llama la atención en ciertos “runners”, y es una evidente adicción, un afán desmedido de superar tiempos, distancias. Invierten mucho tiempo, no pocas horas semanales, aunque ellos pueden decir que otros lo dedican a las cartas, la televisión, internet, pádel o tenis: vuelvo a decir que la moderación rige para todo, y algunos “runners” deberían medirse más. Las obsesiones pueden ser peligrosas para uno o para los demás.

 
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