Por eso Cataluña se está quedando atrás

Me ha parecido muy revelador el dato que facilitó este miércoles el director adjunto de El Mundo, John Müller, en la tribuna que dedicó a la posible ubicación en Madrid de Eurovegas, el proyecto de Sheldon Adelson.

Müller desveló que el líder de ICV, Joan Herrera, ha enviado una carta a los norteamericanos para dejarles claro que revocará cualquier ventaja legal que la Generalitat haya prometido si optan por Cataluña y su partido vuelve al poder.

La reflexión que ha hecho Las Vegas Sands es que Cataluña no ofrece estabilidad política y que, con semejante inseguridad jurídica, nadie se puede embarcar en un proyecto de esta magnitud. De libro.

A mí, particularmente, la perspectiva de replicar en España (sea donde sea) un complejo de ocio y entretenimiento de estas características me parece un despropósito.

Yo deseo inversores para este país, pero inversores que desembarquen con proyectos que nos hagan mejores, que aporten desarrollo, innovación y pujanza. No me gustan ni las ruletas, ni las máquinas tragaperras, ni los casinos, ni toda la parafernalia que suele acompañar a este tipo de turismo casposo y cutre.

Pero no es ese el tema del que quiero hablar sino de la actitud de los chicos de ICV y del mensaje que han lanzado al mundo. Porque se puede discrepar de la conveniencia o no de este plan –insisto en que soy partidario de que Adelson se vaya por donde ha venido- pero es preciso cuidar las formas.

Creo que la carta de Joan Herrera explica muy bien lo que le pasa a Cataluña, una región con empresarios admirables, ejecutivos bien formados, espectaculares capacidades... pero una clase política cerril que demuestra no estar a la altura de las circunstancias.

Imagino el bochorno de los financieros locales. La misiva de ICV es impresentable. No tiene otro nombre. Ofrece una imagen pueblerina, pacata y montaraz de unos dirigentes con vocación de liderazgo. Y perjudica a toda Cataluña. Alguien debería explicarle a este señor que así no se hacen las cosas.

Pero digo más. Tengo para mí que actitudes como esta (y otras del estilo) explican por qué Cataluña se está quedando atrás. Están dejando de ser competitivos al implicarse en batallas pueriles y aldeanas, que les restan cabeza y energías.

 

Es lo que pienso.

Más en twitter: @javierfumero

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