José Bono se ha quedado sin carguito

Esta es la semana de gloria de José Bono. El momento que tanto tiempo llevaba esperando. Después de muchos meses de ostracismo, presenta el primer volumen de sus memorias, de su autobiografía. Ya tocaba algo de notoriedad.

Veremos en qué queda este libro del que tanto se ha hablado. El político socialista jura y perjura que ha sido elaborado a partir de las notas que ha ido tomando estos años tras reuniones y encuentros con los personajes más relevantes de la vida nacional. Pero, ¿contendrá mostaza de verdad?

Mientras comprobamos si hay verdadera munición en esas páginas, aprovecho para confesar que hay una cosa que me ha gustado. El PP ha resistido la tentación de darle algún carguito.

Porque tal posibilidad ha existido.

Hace ahora un año, ECD desveló las maniobras del ex dirigente manchego para buscarse un acomodo. Concretamente se habló –puede leerlo aquí- de movimientos para postularse como Defensor del Pueblo o embajador de España ante el Vaticano.

Insisto. No eran delirios de grandeza. El propio José Bono llegó a declarar ante la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría sus aspiraciones, para que el recado llegara, alto y claro, a Mariano Rajoy.

Sin embargo, han pasado los meses y José Bono no ha sido promocionado. Tengo para mi que el motivo es claro: nadie en el Gobierno se fía del ex presidente de la Junta de Castilla-La Mancha. Ni de él, ni de sus deseos de estar siempre en el candelero.

Que se lo digan a José Luis Rodríguez Zapatero y a Alfredo Pérez Rubalcaba. Ellos tuvieron que sufrir en sus propias carnes el afán de protagonismo del socialista cuando presidía el Congreso de los Diputados. Acabaron hartos.

Más en twitter: @javierfumero

 
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