El escándalo Fernández Ordóñez

El carajal de Bankia es de traca.

Resulta que aquí nada es como parecía. Las cuentas de la entidad son más falsas que Judas, un pufo monumental que ha puesto en jaque a todo el sistema financiero. Porque si no nos podemos fiar de quienes custodian nuestros dineros, pues ya me dirá usted...

Total: una vía de agua de envergadura.

Sin embargo, en esta foto tremebunda hay alguien que no sale. Ni siquiera de perfil. Y debería.

Me refiero, efectivamente, al presunto gobernador de esa institución sacro-santa llamada Banco de España, cuya misión es velar de forma implacable por la solvencia de todo el sistema.

Lo de Miguel Ángel Fernández Ordóñez es el no va más. Su gestión ha sido un continuo coladero, que no pasaría ni la más simple de las auditorías. A uno se le acumulan las preguntas:

¿Dónde estaba el vigilante cuando estalló el escándalo de Caja Castilla La Mancha?

¿Dónde estaba el guardián cuando se destapó el pastel de esa otra ‘merdé’ llamada Caja de Ahorros del Mediterráneo?

¿Dónde estaba Mafo y su equipo de inspectores cuando se cocinaban estas cuentas infladas que sobrevaloró los activos de Bankia de forma bochornosa?

 

¿Dónde estaba el supervisor?

¿Dónde?

Tres agujeros gordos en tres años.

No. El gobernador del Banco de España no se puede ir de rositas. Sería una inmoralidad. Eso es lo que pienso.

Más en twitter: @javierfumero

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