Quién se queda sin Esperanza

Esperanza Aguirre logró este lunes su último éxito: sorprender de nuevo a toda España con una salida de las suyas, valga en este caso la redundancia.

Llevaba días extrañamente desinhibida, como contamos aquí. Lenguaraz, descocada, sin freno y como transmitiendo esa sensación de quien se deja ir porque todo le empieza a dar un poco igual. Al menos, visto ahora lo sucedido, se puede entender así todo lo que pasó.

Sin embargo, me quería detener hoy en comentar algo importante. Esperanza Aguirre deja huérfanas a un puñado de personas (y de compañías), que se quedan ahora... sin esperanza.

Porque la ex presidenta era de armas tomar. Muy aficionada a concitar adhesiones, a requerir lealtades firmes y a aglutinar apoyos inquebrantables.

Ella nunca fallaba. Siempre estaba ahí para lubricar esas relaciones hasta convertirse, casi, en alguien imprescindible.

De ahí que algunos estén notando, quizás desde hoy mismo, la orfandad. Incluso entre los propios medios de comunicación.

Más en twitter: @javierfumero

 
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