El ReggaeNeng

Se detuvo en el semáforo. Coche rojo brillante. Una llamarada de fuego, oportunamente pegada, recorre el lateral izquierdo del vehículo. Cristales ahumados. La ventanilla medio abierta sólo deja ver los pelos puntiagudos del ocupante. Hoy, todos para arriba. Como el del anuncio.

Los bajos de una melodía, ligeramente apagados, escapan tímidamente hacia la calle perturbando la serenidad de los paseantes. No hay duda. Está sonando “Gasolina”, “dame más gasolina...”. Miro al cielo y calienta el sol con muy malos modos. Recurro al calendario y entiendo todo mucho mejor: estamos en verano. Los semáforos son más prácticos incluso que la radio o las discotecas para ponerse al día y adivinar fácilmente cuales serán las canciones estivales del año.

Entre la gasolina y la llamarada del coche del vecino podría verme envuelto en un peligroso incendio, así que arranco rápido. No quiero ser una tostada víctima de la canción del verano. Me detengo en el Centro Comercial más próximo y me acerco a escuchar el “Caribe Mix 2005” y otras “joyas” del verano en uno de esos expositores promocionales con cascos. Escucho sin prejuicios –esto es una mentira políticamente correcta- el tema uno, el dos, el tres, el cuatro... así hasta cuarenta. Rayos y truenos. Esto es horrible.

Uno desearía poder contar otra cosa. No sé... poder advertir a los lectores, como el año pasado, que determinadas canciones tienen una letra más tonta que un “Grandes Éxitos” de King África, pero que algunas melodías se salvan y hasta son simpáticas. Pero es que el de la ‘Bomba’ es Bruce Springsteen al lado de lo que estoy escuchando en estos discos veraniegos del 2005.

Desde que el ReggaeNeng -que no tiene la simpatía de El Neng de Castelfa pero sí la impertinente pesadez de “El Disco del Reggaetton”- del coche rojo me regaló esa versión callejera de “Gasolina”, hasta mi llegada al Centro Comercial, sólo he escuchado el cansino ritmillo de moda, el “reggaeton” puro y duro. Durísimo. He puesto la radio y hasta Shakira y Alejandro Sanz, que tienen capacidades sobrantes para hacer canciones decentes, se han vendido al mismo compás. Nos torturan con su “Tortura” a todas horas. No sé hasta que punto nos beneficiará, en esta circunstancias, que la cantante haya venido a apoyar la candidatura de Madrid 2012. ¿Qué necesidad tendrá esta mujer de pasarse a lo comercialmente aceptable y musicalmente deplorable?

Pero no es la única sorpresa. Bisbal, que un año más ha cedido su discutible talento a algunos recopilatorios del verano, también se ha pasado al rollo “regaetton” con ‘Como olvidar’. Alguien, en algún despacho perdido de la capital de España, se ha empeñado en que nos traguemos esto hasta el aburrimiento: “¿Les gusta El Disco del Regaetton?, ¿se vende? Pues toma regaetton...”

Los pinchadiscos no tendrán nada que mezclar este verano, no hay nada diferente. Sólo cambian las letras, que unas veces son tontas y otras rematadamente tontas. ¿No me creen? Observen...

Héctor “El Bambino”, que es un tostón de tío, abre el “Caribe Mix 2005” con “Noche de travesura”. Les regalo a continuación un trocito de su obra maestra para que traten de descifrar por donde van los tiros, que no es por donde deberían ir: “Que esta es otra pa’ to’ el switche / Ronquen los que ronquen, papi / Sigo siendo el teacher / No seas mestiche  Papi, esto es a lo niche’ / Mucha culeaera pa’ que el guardia no te fiche”.

Otro estribillo que triunfará en los próximos meses es el del grupo Pit Bull y su éxito “Culo”, que probablemente haga referencia al lugar donde tenemos el gusto musical los españoles. Porque el Caribe Mix y toda la saga veraniega vuelven a ser, un años más, los discos más vendidos del momento.

 

Tengo la impresión de que este año, hasta los amantes de la canción del verano más hortera, hasta los que flipaban el año pasado con “Obsesión” y hasta los que tienen todos los discos de OT firmados y dedicados, van a acabar aborreciendo el ritmo del verano. Pero hartos de verdad. Hartos como para pedirle al pinchadiscos que ponga una de Perales urgentemente, o la “Marcha Fúnebre” o lo que sea... todo menos esto. Es la primera vez que sucede algo así. Esta vez sí: todas son iguales. Pero ya nadie nos va a librar. Quizá la solución esté en la vieja consigna de los cobardes: “¿Si no puedes con ellos únete a ellos?”

Mientras lo decido, lo tengo claro: como diría mi admirado Héctor “El Bambino”, ¡que viva el “pestiche”!, y que usted lo “disfrutiche” hasta que le “salguiche” por las “orejiches”, pero luego no “diguiche” que no se lo “advertiche”.

Por cierto, ¿han oído hablar de “El Cubatón”? Si no estaban al tanto, es que aún no han visto nada...

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