Televisión para todos

Hay manuales para todo. Aprender a ser un manitas no debería suponer un problema si tuviéramos en casa una estantería repleta de estos curiosos libros. Ni la cocina, ni el bricolaje ni la informática nos plantearían grandes retos. Despertaríamos así al chef, al carpintero y al informático que todos llevamos dentro. Del mismo modo que existen manuales como Windows paras tontos, sería muy útil publicar uno dedicado a la televisión, en el que se contara los pasos a seguir para lograr que el Gobierno te conceda una licencia de cobertura nacional. Puestos a imaginar, la editorial de semejante obra podría ser Santillana, que forma parte del el Grupo Prisa, y que seguro cuenta con bastante información al respecto. Propongo como primer capítulo Las cosas de palacio no siempre van despacio. La razón hay que buscarla en los pasillos de otro palacio -el de la Moncloa-, donde más de uno tenía prisa por que Sogecable pudiera iniciar las emisiones de su canal en abierto en el más breve plazo de tiempo. En febrero, esta compañía solicitó al Ejecutivo un cambio de licencia para poder emitir sin codificar. En junio, el Gobierno admitió esta solicitud a trámite. Y finalmente, en julio, autorizó la modificación de la licencia, permitiendo el nacimiento de una nueva cadena: Cuatro. Sin embargo, no se trata de una mera modificación, sino de una concesión de un nuevo canal sin concurso público previo. Como resultado de estas operaciones, el mapa televisivo de Sogecable presenta la siguiente estructura: Canal + se ofertará como un canal más en Digital +, Cuatro será la nueva cadena nacional en abierto del grupo y Localia permanecerá como una red de televisiones locales. Además, la SER, EL PAÍS y AS completan el abanico mediático de Prisa, uno de los principales accionistas de Sogecable. No obstante, no será ésta la última vez que el Ejecutivo se reserve el derecho a conceder canales sin una auténtica convocatoria de concurso público. El pasado 29 de julio, el Consejo de Ministros dio luz verde al Real Decreto que aprueba el Plan Técnico Nacional de la Televisión Digital Terrestre. En la disposición adicional segunda, punto tercero, se establece que “el Consejo de Ministros convocará concurso para la adjudicación de, al menos, dos canales digitales…”. ¿Al menos? ¿Y qué ocurre con el resto de canales por adjudicar? ¿Se entregarán a dedo? En resumen, un mismo grupo de comunicación tiene el monopolio de la televisión de pago por satélite, la red más importante de televisiones locales, una cadena de televisión nacional, la radio con más oyentes y el periódico de información más leído, además de infinidad de derechos deportivos y cinematográficos -algunas lenguas viperinas añaden a esta lista algún que otro instrumento de poder: el Gobierno. Es justo reconocer que, aparte de la ayuda recibida —casi divina-, algún mérito habrán logrado para contar con semejante imperio. A partir de ahora, ¿seguirá colaborando ZP en esta monumental empresa? No debemos olvidar que, gracias a la “Ley de medidas urgentes para el impulso de la televisión digital terrestre, de liberalización de la televisión por cable y de fomento del pluralismo” aprobada el 14 de junio de 2005, la cadena SER no tendrá que interrumpir sus emisiones a través de la antigua Antena 3 Radio. Con esta ley, que amplía hasta el 50% el número de licencias que un mismo operador puede acumular en cada ámbito de cobertura, el Ejecutivo dejaba sin validez una sentencia del Tribunal Supremo que obligaba a Prisa a deshacerse de estas emisoras. ¡Arriba el pluralismo! Cuatro es ya una realidad y, salvo imprevistos, comenzará sus emisiones en noviembre. A mayor número de cadenas, más opciones para el telespectador, pero no necesariamente más pluralismo, al menos mientras los medios permanezcan en manos de los mismos operadores. Y está por comprobar que esta nueva situación vaya a implicar una mayor diversidad programática, porque, hasta la fecha, el aumento de la oferta televisiva, paradójicamente, ha provocado una guerra de audiencias y un proceso de mímesis de los programas de éxito. Si no, comparen las parrillas. La programación de Cuatro será más parecida a la de cualquier canal generalista que a la de Canal +. Si usted conserva la esperanza de ver una televisión con otro estilo, aspire a crear su propio canal y pida a la editorial de Prisa que publique, cuanto antes, el manual Televisión para tontos, o más bien para listos.

 
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