El japoñol

“En Japón Nihon 'kasegue' hermano regresamos al país o nos quedamos caros carros como los del 'chacho' claro”. Así como lo escuchan. O como lo leen, aunque no lo entiendan. El “reggaeton” invade lentamente Japón. Tres chicos de Perú, con ascendencia nipona, han inventado el “japoñol”. Una peculiar unión entre el castellano y el idioma nipón, pensada para adaptar el ritmo veraniego del momento a la zona asiática. Éramos pocos y parió la abuela. Si el mercado del “reggaeton”, herido de muerte en España a causa de la saturación de los últimos meses, renace en otra cultura completamente diferente, podría realimentarse el monstruo, rodear el globo y volver de nuevo con más fuerza a nuestras costas, para terminar invadiendo por segunda vez la Península. Con todas sus consecuencias. Al final, todas las cosas —buenas y malas- en exceso terminan aburriendo. Y el “reggaeton”, bueno para unos y malo para todos los demás, ya no nos gusta. Quienes mueven los hilos de la industria musical han tratado de exprimirlo al máximo. Y nos han cansado. Sin embargo, la aventura que estos peruanos van a emprender en Japón parece un poco diferente. Los chicos lo plantean como un apuesta musical de fusión de culturas. No son precisamente profesionales de la música. El Nando trabaja en la construcción, Dani construye componentes para fábricas de automóviles y Lando es electricista. Si triunfan en Japón la historia será conmovedora. Y elogiable, por supuesto. Pero me llegan sorprendentes noticias de Japón. Desconozco si son de última hora. El “japoñol” podría sorprender, pero la oruga del “reggaeton” ya ha a comenzado merendarse los cerebros de los japoneses. Acabo de saber, con verdadero asombro, que sus ciudadanos ya cantan con entusiasmo la ‘Gasolina’ de Daddy Yankee. No conozco personalmente a este artista, pero las referencias del mundo profesional son buenas, en su estilo. Aunque me cuesta fiarme de estas buenas impresiones cuando escucho la profundidad literaria de su último éxito. Pero a los japoneses no les importa demasiado. ‘Dame mas gasolina’ no debe tener buena traducción a la lengua nipona. Lo escucharán sin darle demasiada importancia a comprender el mensaje. Será como cuando nosotros contemplamos la danza de los Concheros Chichimecas. Que es una danza muy rara. De los Concheros Chichimecas a la Gasolina de Daddy Jankee media un abismo, pero ambas expresiones artísticas me producen la misma sensación. A medio camino entre la incertidumbre y el temor. Danzas exóticas aparte, Daddy Jankee deja así el terreno preparado a estos peruanos. Los japoneses son pan comido. El “japoñol” tiene todas las de ganar. Pero, ¿se han planteado, si quiera por un momento, que este estilo aterrice en España? No quiero ni pensarlo. Ayer pensaba que, al fin y al cabo si los Rolling Stones siguen sacando discos, significa que no todo va tan mal. Pero hoy lo veo de otra manera: si los Stones, a sus años, tienen que seguir vendiendo nuevas canciones, es que la cosa está fatal. Nuestra esperanza es que, en este momento, en España, se están criando decenas de bandas jóvenes que, con permiso de Los Kalibres y su ‘Japoñol’, nos darán muchas alegrías en los próximos años. Compremos sus discos y que Dios reparta suerte.

 
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