Pilar Alegría tuvo que ser ‘rescatada’ por su equipo de prensa
La rueda de prensa del pasado martes ha generado una polémica que se está alargando hasta finales de semana. La comparecencia de la ministra de Educación y portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, tras el Consejo de Ministros dejó atónitos a los periodistas, y con un disgusto importante al equipo de Comunicación de Moncloa.
Tanto es así que algunas informaciones apuntan a un cambio de portavocía en el 41 Congreso del PSOE que se celebrará entre el 29 de noviembre y el 1 de diciembre próximos.
Las respuestas y argumentos empleados por la ministra para defender a Begoña Gómez y la rebaja de condena a presos etarras dejó escenas poco habituales. Tras finalizar la rueda de prensa, es usual que los periodistas se acerquen a repreguntar a los ministros. En esta ocasión, las respuestas fueron más bien vagas, sin concretar ni responder a lo que se preguntaba, y con serias dificultades para explicar la postura del Gobierno.
Alegría alegó que el Consejo de Estado había respaldado la polémica medida que reducirá los años de cárcel a 43 etarras cuando dicho órgano se pronunció sobre la norma, pero antes de que introdujeran la enmienda que resta tiempo en prisión a los miembros de ETA. La ministra también aseguró que se trataba del mismo proyecto de ley que aprobó el Consejo de Ministros de Mariano Rajoy. Pero, de nuevo, obvió un matiz relevante: dicho Gobierno introdujo la enmienda que impide ampliar rebajas a condenados por terrorismo.
Lo mismo sucedió con la defensa de la mujer del presidente, Pedro Sánchez. La titular de Educación aseguró que la Audiencia Provincial había reprendido al juez acusándole de realizar una instrucción prospectiva, cuando el organismo ha dejado claro explícitamente lo contrario.
Más allá de este cúmulo de errores, después de que se apagaran las cámaras, los periodistas preguntaban e insistían en si la parte socialista del Ejecutivo apoyaba esta reducción de condenas. Pero tras aparentes gestos de nerviosismo, no encontraban respuesta porque la ministra no las tenía. “Es un proyecto del Gobierno”, respondía sin cesar.
La cantidad de periodistas que rodeaban a la portavoz era cada vez mayor. Las preguntas se reiteraban y la prueba de que Moncloa no había preparado una argumentación sólida se escenificaba con mayor claridad. Tanto fue así, que un responsable de prensa acudió para asegurar a los profesionales que la ministra se tenía que ir.
Ante la insistencia de los periodistas, tuvo que acudir un segundo responsable para comunicarle a su compañera que debían abandonar la sala inmediatamente. Tras un comentario al oído, se llevaron rápidamente a la portavoz.
