Dos cruces, mejor que una

Faltan pocos días para presentar, -los que no lo hayan hecho aún-, la Declaración de la Renta. Todos los católicos debemos apoyar a la Iglesia Católica marcando la cruz en la casilla correspondiente. Sabemos que no tiene coste alguno. No se paga más y con el 0,7% de nuestros impuestos estaremos ayudando a la labor pastoral y asistencial que la Iglesia aporta a la sociedad. Recordemos, que la Iglesia todo lo que recibe lo da, pero para que pueda llevar a cabo la misión de anunciar la Buena Noticia y ayudar a los demás necesita recursos económicos. Es transmisora de la fe, pero también de bienes humanos y materiales y, como quiera que las necesidades son grandes, necesita recibir para poder seguir dando.

Son obras que raramente saldrán en la tele o en los periódicos, pero son cientos de miles de personas, que entregan su vida día a día, en el servicio a los enfermos, a la educación de los niños, a los sin familia, a los sin techo, a la mujer maltratada, a quién cayó en la prostitución o en la droga, a los ancianos…Y otros cientos de miles las que, en los países más pobres, se juegan la vida por los desheredados de la tierra. Por esto, seamos coherentes con nuestra fe.

Y la otra segunda, a favor de otros fines sociales como ONGS, que se trabajan intensamente también con su labor humanitaria.