José Apezarena

Ni la madre que la parió

Chaves, Griñán y Magdalena Álvarez, en el juicio por los ERE

El Tribunal Constitucional, la Fiscalía General del Estado, el Senado. Tres instituciones básicas del país, están siendo destrozadas, demolidas a pico y azada, por el Gobierno. A las que se suma, nada menos, la monarquía.

Resulta que el Tribunal Constitucional, de la mano del bien mandado Cándido Conde Pumpido y sus seis cómplices, está siendo utilizado como herramienta de partido para condonar y perdonar a los condenados por los ERE de Andalucía. el mayor fraude institucional registrado en España y que se refiere al reparto fraudulento de ayudas sociolaborales por valor de 679,4 millones de euros.

Ha concedido amparo parcial a la ex ministra Magdalena Álvarez, que recurrió las sentencias que la condenaron a nueve años por prevaricación continuada, y obligado a la Audiencia de Sevilla a repetir la sentencia, con el argumento de que realizaron una interpretación y aplicación "imprevisible del delito de prevaricación".

César Tolosa, magistrado del Constitucional, denuncia en su voto particular de la sentencia de Magdalena Álvarez, que el TC ha devastado los límites de la jurisdicción constitucional. “El TC ha suplantado la función del Tribunal”. El cometido del TC no es interpretar los tipos penales.

La aceptación parcial del recurso abre la vía a que se beneficien igualmente el resto de condenados, entre ellos, los expresidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñán. El TC se dispone a anular por completo el delito de malversación de fondos públicos de Carmen Martínez Aguayo, que fue número dos de Griñán en la Consejería de Economía y Hacienda de la Junta, y Griñán fue condenado por los mismos delitos.

Tras rebajar la prevaricación, el TC puede desmontar ahora el delito principal del caso, lo que sería un varapalo para el Supremo -uno más en la lista del vengativo Conde Pumpido-, que ratificó la sentencia de la Audiencia de Sevilla.

Así pues, Pedro Sánchez ha convertido el órgano encargado de interpretar la Constitución en un tribunal político, sometido a su voluntad.

Y lo mismo está haciendo con la Fiscalía del Estado, que atraviesa la más grave crisis conocida, con un Fiscal General reprobado, cómplice igualmente de La Moncloa, que se ha esforzado en doblar el brazo a los fiscales del procés, opuestos a que se aplique la amnistía al delito de malversación.

Apoyando la campaña de acusaciones de Pedro Sánchez sobre lawfare judicial, Álvaro García Alonso declaraba recientemente: “Entre elementos corporativos dentro de las asociaciones judiciales y fiscales hay objetivos idénticos que los que tienen determinados partidos políticos”. Un favor más al jefe. La principal asociación de fiscales ha acusado a Álvaro García Alonso de “servilismo” con el Gobierno.

 

A Sánchez nada la detiene. Cualquier obstáculo que se ponga delante, será abatido cueste lo que cueste y afecte a quien afecte, sin límites.

El Gobierno acaba de eliminar las atribuciones del Senado para aprobar el techo de gasto, mediante una maniobra inconstitucional consistente en suprimirlas utilizando una enmienda en la Ley de Paridad, ley que no guarda ninguna relación con los Presupuestos. De una forma torcida, elude la mayoría que tiene el PP en la Cámara Alta, por la vía de eliminar la capacidad de votar (y, en su caso, tumbar) los objetivos de estabilidad presupuestaria y deuda pública, paso preceptivo previo para la elaboración de los Presupuestos.

La última arremetida acaba de padecerla la monarquía, por el irregular procedimiento de dejar solo al rey Felipe VI en su viaje a los países bálticos. Una soledad clamorosa. Lo correspondiente es que el monarca viaje siempre acompañado de un miembro del Gobierno, pero esta vez el Gobierno no ha cumplido esa obligación.

Y, ojo, que ya ha anunciado que va a por los medios de comunicación, con ese supuesto paquete de “regeneración democrática” que prepara para antes del verano.

Se atribuye a Alfonso Guerra la fase famosa, pronunciada tras la apabullante victoria socialista de 1982, “a España no la va a conocer ni la madre que la parió”.

A pesar de los atropellos de los anteriores gobiernos socialistas, no obstante el especial destrozo causado por Zapatero, todavía podíamos reconocer este país. Pero, con Pedro Sánchez, empieza a resultar imposible.

Merced a su ímprobo esfuerzo demoledor, camino llevamos de que desaparezca la España que hemos conocido, y disfrutado, hasta ahora. Hay algunos que hasta hablan de Venezuela, de Nicaragua... ¿Exageran?

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