Queremos un hijo tuyo

No sé si la frase de marras se pronunció en la cuchipanda que en el Círculo de Bellas Artes organizaron unos llamados amigos de Llamazares para exaltar la eximia figura del no menos eximio aspirante al Congreso de los Diputados, esta vez por Asturias, pero en cualquier caso pudo ser pronunciada perfectamente y a nadie hubiera extrañado que se hubiera alineado junto a otras que sí se explicitaron.

Un afamado juez, actualmente en los Estados Unidos, enviaba un telegrama: ‘Gaspar, ahora necesitamos políticos como tú’.

Un ex rector no se quedaba atrás: ‘Lo que nos espera tras el 20-N es terrible, es necesario que esté en el Parlamento’

Una muy leída escritora sentenciaba: ‘Nunca una sola persona ha hecho tanto en el Parlamento’

El no va más.

Sin entrar en las valoraciones históricas que suscita la afirmación de la escritora. Sin entrar en las profecías apocalípticas del ex rector –se supone que con la llegada de la derecha- y sin juzgar al afamado juzgador, lo único que se puede decir ante semejante pseudomitin es: hay que… fastidiarse.

Llamazares es un político perfectamente prescindible hasta para sí mismo, que hace muy pocos meses se planteaba su abandono definitivo de la política. Se replanteó su espantada y ahora ‘alguienes’ organizan un acto bajo el lema ‘’En esta ocasión, si votara en Asturias, votaría a Llamazares’. Bien está, si no fuera porque en otras ocasiones los que ahora le votarían en Asturias le dejaron más solo que la una en el Parlamento en el que tan necesario parece serles ahora.

La trayectoria parlamentaria de Gaspar Llamazares ha ido disolviéndose hasta acabar en la nada de la última legislatura. La nada de sus intervenciones extraídas del marxismo más rancio, la nada de sus diatribas sin oponente y la nada de su nadar y guardar la ropa atacando al Partido Socialista para mantener el tipo ante no se sabe qué seguidores y los ataques decimonónicos a la derecha.

Si los asturianos lo deciden estará Gaspar Llamazares en el Parlamento. ¿Por qué?

 
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