Por la boca… Ministros fuera

No se trata de que nadie quiera que los actuales integrantes del Gobierno se vayan y dejen sus carteras respectivas; se trata de que Mariano Rajoy ha abierto las ventanas de los ministros y, mientras antes tenían que estar calladitos –no porque estuvieran más guapos que diría Esperanza Aguirre- y dar eso que se ha dado en llamar un ‘perfil bajo’, ahora tienen la consigna de salir a las plazas y a las calles –léase medios de comunicación- a contar las maravillas que han hecho en su departamento y los logros del Gobierno. O sea, que ya estamos en campaña.

Lo que puede pasar, ya está pasando, es que el entusiasmo lleve a los ministros a pasarse más de la cuenta y, llevados de su frenesí, comiencen a contar cosas que no son tan reales y a los españoles les ocurra aquello del viajante que al final recibió el consejo del político de turno: ‘viaje usted menos y lea más los periódicos’

Fátima Báñez que ha inaugurado una exposición en la sede del Partido Popular en Génova, con la ayuda de Dolores de Cospedal que también está en campaña, contaba sonriente y feliz lo conseguido en materia de empleo. ‘Fueraparte’ –que diría mi admirado Carlo Herrera- de los bailes de cifras que siempre son del color de las gafas con que se miren, decía la ministra que en España se está creando empleo de calidad.

El adjetivar siempre es peligroso, Podía haberse quedado la señora Báñez en lo de que se está creando empleo y haberse ahorrado el adjetivo ‘calidad’. Ni los plazos, ni los contratos, ni las remuneraciones ni la índole de los trabajos –muchos de ellos por debajo de la cualificación laboral del empleado- pueden ser calificados de ‘empleo de calidad’.

Es de temer que los ministros, para cumplir la consigna del presidente del Gobierno, se conviertan en hagiógrafos de sí mismos y del gabinete y que, como quienes narran las vidas de los santos, ponga a levitar a los protagonistas.

Siempre se ha dicho que las carencias del Partido Popular en materia de comunicación eran llamativas. Pero entre la carencia y la sobreabundancia, seguro que hay un término medio.

 
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